Deseos

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Estaba devuelta en sus brazos, de nuevo solo ellos y ya no importaba si alguien los viera o los juzgara. Porque se tenian nuevamente el uno al otro.

O al menos así lo sentia el de pelo azabache, se sintió así hasta que el contrario quiso separarse.

- Que alegría verte Spreen - Posicionó sus manos en su cadera para hablar mientras lo miraba nostálgico.

Spreen tenía los ojos llorosos y no aguanto no volver a abrazarlo. Esta vez era más fuerte una parte de el no quería alejarse.

- Te extrañé - Susurró con la voz quebrada ocultando su cara en el pecho de su amigo.

•°•°•°•°•

Farfadox estaba saliendo de la oficina de su amigo, se veía triste y como no estarlo, recordar tantas cosas de su pasado en un mismo día lo ponían mal. Al menos había cumplido su cometido, conseguir información de cómo entrar a ese tipo de bodega, aunque ahora solo quería acurrucarse con su osito y ver pelis juntos. Eso sin duda lo calmaría.

Caminaba con unos archivos en la mano izquierda y podía ver a un montón de novatos en el lugar, por fin habían llegado, estos soldados iban a ser utilizados para reprimir la vida salvaje de la isla. Aunque con el inicio del apocalipsis la invasión a la isla había sido grande, no significaba que criaturas autóctonas no reclaman de vez en cuando su hogar.

Apenas pudo visualizar a su chico, frunció el seño extrañado.

¿Quién concha es ese?

Vió a uno de esos soldados novatos abrazar a su osito, por la distancia no podía oír que se decían pero una parte de el quiso ir averiguar que sucedía.

Cuando estaban lo suficientemente cerca para escucharse, carraspeo para llamar su atención.

Y lo hizo Spreen al mirar detrás de su amigo, abrió grande los ojos al recordar que no había venido solo hasta allí. Inmediatamente se salió del abrazo, ahora el confundido y sorprendido era el conejo.

- Oh, Farfa ya volviste - Le hablo al oscuro quitandose sus lentes y que a su vez algunas lágrimas que tenía en sus ojos.

El caballero se puso en alerta al verlo así, iba a darle toda su atención pero el de pelo cano habló primero.

- ¡Spreen, no te pongas así! - Expresó su preocupación situandole una mano en su mejilla secándole una lágrima.

- Discúlpame, ¿quién sos? - Se veía y se escuchaba molesto, aveces podía ser muy celoso.

El conejo soltó un "Eh?" Sin entender la situación, se dio vuelta con ganas de bardear pero al ver quién era, su cara cambio a una de susto.

- S-Señor, ¿qué sucede? - Saludó formalmente a su superior y con voz temblorosa respondió.

- ¿No me escuchaste? Que quién chota sos - Habló alzando un poco más la voz, odiaba lidiar con novatos y más si uno de ellos estaba "tan" cariñoso con su crush.

- ¡Lo siento señor! ¡Soy Conter, soy un recién llegado al campo! - Ocultó su temor y habló con el respeto debido a su superior.

- Anda con tu pelotón, no tenes porque estar acá vageando - Como se esperaba el conejo no dijo ni pero y fue con sus demás compañeros. Si hubieran estado solo ellos dos, el farfano lo hubiera castigado como es debido y hecharle la reprimenda de su vida, pero al estar presente su cuchurrumin se resistió a dar tal trato.

- Perdón por eso, ¿Ese soldado te estaba molestando? - Le preguntó acariciando sus mejillas, era un momento muy cursi, poniendo nervioso al menor.

- No, solo me puse nostálgico hace mucho no lo veía, es amigo mío - Le contestó ocultando sus ojos nuevamente.

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⏰ Última actualización: Jul 26 ⏰

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