─ Part Four ─

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Me la había pasado todo el día frente a la pequeña venta, no se cuantas horas pasaron desde que estaba ahí.

Esperaba el atardecer, era una de mis cosas favoritas junto a la playa, los animales y pasar tiempo con mis amigos...

No había pasado ni dos días en esta casa y ya me quería ir.

Me puse a pensar que ocasiono todo esto, ¿Qué hubiera pasado si me hubiera quedado en casa viendo películas como normalmente lo hacía?.

¿Por qué yo?...

Ví como el cielo se tornaba de colores naranjas y rojizos, tuve tanta tranquilidad que hasta olvide en donde estaba.

Cerré los ojos un rato mientras apoyaba mi cuerpo en la pared, me imaginaba tantas cosas que podría hacer si no estuviera es estas cuatro paredes.

El hermoso atardecer paso y volví a sentarme sobre la cama.

El aburrimiento era mucho, no tenía con quien hablar ni nada, no tuve más opción que dormir.

Narrador omnisciente

La pelinegra ya dormía en su cama.

Horas después llegaron Tom, Didier y Erick.

Tom ordeno a Didier a mirar a la pelinegra, este acepto sin demostrar interés aunque por dentro estaba emocionado.

Tom y Erick se fueron al estudio a planear todo mientras Didier iba a la habitación de la mujer.

Toc Toc.

Toco el pelirrojo suavemente, al no haber respuesta por parte de la chica entró para asegurarse que todo estaba en orden.

A penas entró vio a la pelinegra durmiendo plácidamente sobre la cama.

Didier se arrodillo frente a la cama para verla mientras la mujer dormía.

Su rostro simplemente... Perfecto, cada facción de este le gustaba, era realmente la mujer que cualquiera desearía.

No solo físicamente, la personalidad de Alya era bastante  pura, tenía un carácter fuerte, pero sensible.

El pelirrojo solo colocó una manta sobre la chica y salio de la habitación sin hacer ruido y se dirigió al estudio donde se encontraban su jefe y su compañero.

- ¿Cómo esta la niña esa?.⎯  Dijo Tom concentrado en su papeleo.

- Ella esta bien, aún no quiere comer nada y es preocupante pero ahora esta durmiendo.⎯  Dijo Didier tomando asiento.

- Maldita estúpida... ¿Piensa morir de hambre o que?.⎯  Suspiro el de trenzas.⎯  Da igual, mañana vendra Jessica y se la llevará a comprar ropa nueva para arreglarla, la llevaré al club, tal vez me den buen dinero por ella.

El pelirrojo solo se digno a mirarlo y no decir una palabra a lo que dijo su jefe.

Así paso la mayoría de la noche, los tres hombres trabajando y la pelinegra durmiendo.

Alya Beamunt

El sol pasaba otra vez por la venta.

Me talle los ojos y me estiré.

- Aquí esta la niña?.⎯  Dijo una voz femenina.

- Sí, ahí esta, más te vale cuidarme a la mocosa o ya sabes lo que te pasará.⎯  Respondió una voz masculina familiar.

Pasaron unos segundo y entro una mujer.

Tenía un vestido negro pegado al cuerpo, botas de tacón, y cabello castaño, le calculaba más o menos 27 años.

Wish or death?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora