Narrador omnisciente
Pasaron los días y todo parecía estar tranquilo por los lugares de Tom, el club, su mercancía seguía común y corriente, como si nunca hubieran intentando atacarlos.
Tom intentaba mantener a la chica ocupada para que olvidará lo que hizo aquella noche, algo que funcionaba común lento avance ya que para la rubia era algo difícil de superar.
Era algo complicado, pero Tom no se daría por vencido hasta ver a su chica completamente bien.
Ya que Tom estaba seguro de que no lo seguirían mientras salía con Alya decidió llevarla a ver a sus amigos, como habían acordado, claramente con dobles intenciones.
(...)
La chica pudo ver a sus amigas, quienes no se tomaron bien que estuviera acompañada por Tom, intentaron pedir ayuda para Alya pero ella intenta hacerlas entender que realmente el chico de trenzas, del cual se rumoraba lo peor, no era un mal chico.
Las chicas intentaron creerle a la rubia pero era complicado con las miradas que les tiraba el pelinegro, su mirada fría y penetrante al verlas, pero cambiaba drásticamente al ver a Alya, tenía una mirada más suavizada y con un pequeño brillo en ellos.
En todo momento sujeto la cintura de su chica, escuchaba atentamente lo que hablaba con sus amigas y como se refería a él.
Cada palabra parecía que descongelara su frío corazón, ella se estaba adueñando de el.
Al final de día ambos regresaron a casa, la chica se notaba feliz porque por fin había visto a sus amigas que hace tiempo no veía.
Ambos entraron a su habitación, la chica se tiró sobre la cama mientras Tom se recostó sobre el marco de la puerta y la miraba fijamente.
- Quiero lo que me corresponde.⎯ Hablo en pelinegro mientras seguía con su mirada sobre ella y cruzaba sus brazos.
La chica se sentó sobre la cama sin recordar el trato que había hecho con él.
- ¿De qué hablas, Tom?.
- Te lleve a ver a tus amigas, ahora quiero lo que iintercambiamos.⎯ Dijo haciendo que la chica recordará de que hablaba.
- Ooooh, si tú lo quieres, tu vienes por el.⎯ Respondió la chica volviéndose a recostar sobre la cama.
El chico sonrió ladino y cerró la puerta con seguro, deseaba el cuerpo de la rubia, sus gemidos, cuando gemia su nombre, cuando rasguñana suavemente su espalda, todo lo que pasó una vez lo deseaba.
Cuando la puerta estuvo con seguro se acercó a la chica y se subió encima de ella, empezó a besarla con brusquedad, se notaba las ansias que tenía de volver a hacer la chica suya.
Metió una de sus manos debajo de la blusa de la chica, desabrochó el sostén y empezó a apretarle suavemente los pechos con una mano, mientras la otra, bajaba suavemente por la cintura de ella.
La rubia tenía sus manos en la nuca de él de trenzas y le acariciaba mientras él la seguía besando.
En un rápido movimiento, Tom ya le había quitado la mayoría de la ropa a la chica, acariciaba suavemente su cuerpo, como si de algo sagrado se tratará.
Ambos comenzaban tené cada vez menos prendas, de repente Tom paro.
- Lo siento, muñeca, ahora no puedo hacer esto, pero lo haremos luego.⎯ Dijo con un tono ronco y suave.
En sí, no tenía nada que hacer pero quería dejar a la chica iniciada.
Se quitó de encima de la chica y empezó a vestirse.
- Luego no te quejes cuando yo te haga lo mismo.
- No serías capaz.⎯ Dijo burlón.
Mientras decía sus últimas palabras salía de la habitación, lo que no pensó es que el se estaba autoperjudicando, porque el también quedó con ganas.
Él de trenzas se dirigía al club mientras que Alya se quedó en la habitación durmiendo.
Alya Beamunt
Tom creía que me había dejado con ganas y no sé equivocaba, quería volver a escuchar sus jadeos nuevamente, pero no le rogaría por algo así, simplemente me vengaria cuando fuera al revés.
Decidí dormirme porque llegué cansada de la salida con mis amigas, eran eso como de las nueve de la noche y ya estaba profunda en un sueño.
(...)
Unas pisadas fuertes hicieron que me despertará, no tenía ni idea de por qué el escandalo, en medio de la oscuridad de la habitación ví dos siluetas acercándose a la cama y luego callendo.
Intente ver quienes eran pero no pude ver nada, solo sentí un fuerte olor a alcohol.
Prendí la lámpara encima de la mesa de noche al lado de la cama y ví a Tom con otra chica, se besaban con brusquedad.
Me quedé helada ante la escena y lo único que pude hacer fue levantarme de la cama y salir, ninguno de los dos se dió de mi salida.
Sabía que estaba mal enamorarme de un hombre como Tom, pero, me di cuenta muy tarde.
En realidad no sabía a dónde ir, no quería dormir con Bill... Así que fui a la habitación de Didier y toque su puerta.
Tardó unos minutos en abrirme pero luego lo hizo, pude ver al pelirrojo tallarse los ojos de sueño mientras bostezaba, luego me miraba y hacía un gesto de confusión.
- Alya, ¿Qué pasa?, ¿No deberías estar durmiendo en la habitación de Tom?
- Sí, bueno... Eso estaba haciendo pero Tom me despertó mientras estaba por hacer sus cosas con otra cchica.⎯ Dije explicándole al pelirrojo.
- Mierda, Tom es así, no le hagas caso linda, ¿Quieres pasar?, puedes dormir aquí.
Asentí con una sonrisa ante la amabilidad de Didier.
El me dió su cama y el durmió en el piso, realmente siempre fue lindo conmigo y me trató bien, estaba muy agradecida con él.
Me acosté en su cama y mire el techo, tenía ganas de llorar, pensé que la única que sintió mariposas en el estómago fuí yo, la única que se ilusiono fui yo.
- Didier...
- ¿Qué pasa, linda?
- ¿Por qué siempre me tratas bien?...⎯ Pregunté aún mirando el techo, en realidad no se a que venía mi pregunta.
Hubo un silencio en la habitación por varios segundos, el ambiente estaba tenso y algo incómodo para ambos, pero el pelirrojo rompió con todo lo anterior.
- Bueno... Yo...
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Hola bonit@s.#Diecisiete capítulo, el #Dieciocho capítulo estará mucho mejor.
¿Será el momento para que el pelirrojo confiese sus sentimientos a Alya?
¿Qué sucederá con el futuro de Tom y Alya después de esta traición?
★ CAPÍTULOS MÁS SEGUIDOS COMO AUTOFELICITACIÓN POR NO PERDER MATERIAS JAJDJAJA
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Wish or death?
Random•El corazón no miente y el deseo se nota... • Aún a pesar de todo lo que me hiciste hay una pregunta que me evade cada noche y me pregunto... ¿Por qué no puedo dejar de amarte? -Haré que me veas tanto, tus ojos que no podrás olvidarme, y te irás al...