─ Part Seven ─

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Presente
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Tom Kaulitz

Tome con fuerza el brazo de la mocosa y la traje hacía mi.

No iba a permitir que nadie la tocará, ni siquiera mi hermano.

Ví como Bill me mirada con confusión pero no me importaba, la mocosa era mía, yo fui él que la mando a traer.

- También te extrañe Tom.⎯ Dijo Bill con un tono sarcástico.

- ¿Por qué abrazabas a mi mocosa?.⎯ Dije ignorando sus palabras anteriores.

- ¿Tu mocosa?, llevó mucho más tiempo de lo que te imaginas con ella.⎯ Dijo Bill posando sus ojos en el cuello de chica.

Hice un quejido de molestia y pegue más el cuerpo de Alya al mío.

Nunca tuve una buena relación con Bill, claramente lo quería pero no lo toleraba, era muy alegre y me irritaba su comportamiento.

Solo vi como Bill se acercó y tomo con suavidad un collar que colgaba de Alya, luego la miró y pude ver una especie de brillo en sus ojos.

Mire de reojo a la chica quien aún estaba pegada a mi, pude ver su rostro de incomodidad.

Didier se encontraba serca en la barra del club, así que lo llamé.

- Didier, lleva a Alya a casa, metela dentro de mi habitación y no dejes que nadie entre.⎯ Dijo mandando al pelirrojo quien enseguida tomo mi orden.

Quería estar a solas con Bill y preguntarle de donde conocía a Alya.

Alya Beamunt

Escuche la orden de Tom.

¿Acaso me llamo por primera vez por mi nombre o estaba alucinando?.

Mire al pelinegro quien miraba a Bill de una manera muy oscura.

Didier me tomo del hombro para sacarme de aquel lugar.

Mientras íbamos saliendo no aparte mi mirada del pelinegro.

Antes de salir, vi como él pelinegro volteo a verme.

Su mirada tan fría como siempre me puso los pelos de punta.

Ya estábamos de camino a la casa de Tom.

Mi mente solo pensaba en el momento en que me tomaba con fuerza y me pegaba a él.

Sonreía a la nada al imaginarlo.

Era extraña la sensación, me sentía segura y protegida pero a la vez tenía miedo y angustia de que el pelinegro me lastimará.

De nuevo pensaba en aquel momento.

- ¿Alya?.

Escuche decir al pelirrojo mientras me sacaba de mis pensamientos.

- Llegamos.⎯ Dijo él pelirrojo abriéndome la puerta del coche y ofreciéndome su mano.

Tome su mano y salí del auto.

- Ven.

Habló de nuevo Didier tomándome de la mano y llevándome a una gran habitación, fuera de esta habían tres hombres completamente armados.

Abrió la puerta.

- Quédate aquí, en el armario hay ropa para que te cambies.

Me dio indicaciones el pelirrojo y salió de la habitación.

Me pare y toque con suavidad cada parte de aquel cuarto.

Habían uno que otros cigarros y cervezas regadas sobre un escritorio.

Wish or death?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora