Tom Kaulitz
Ví a la chica bajar... Su cabello ya no tenía rastro de tinta negra ni verde, su cabello rubio y sus ojos azules hacían la combinación perfecta.
Bajaba las escaleras lentamente con su simpática sonrisa.
Mis ojos no pudieron despejarse a su imágen, solo de reojo pude ver la misma reacción en mi gemelo, sabía que ella se veía bien pero no me gustaba que él la viera de la misma manera de la que lo hacía yo.
Bajo las escaleras y se dirigió a mi, baje mi cabeza para poder verla.
- ¿Cómo me veo?.⎯ Pregunto la chica.
- Esa pregunta es bastante estúpida, te vez como la mujer más bella que mis ojos han podido contemplar.⎯ Sonreí y acaricié su cabello.
Bill simplemente nos miraba con molestia, lo conocía, sabía que estaba muriendo de celos por verme con la chica.
- Tengo un regalo para ti.
Tome la mano de mi chica y la saqué de la casa para que no se sintiera incómoda por las miradas de Bill.
- ¿A dónde me llevas?.
- Si te lo digo ya no sería sorpresa.
Cubrí sus ojos con una venda negra y la empecé a guíar, tenía algo preparado para ella, no sabía cuándo dárselo así que aproveche la oportunidad que encontré en ese preciso momento.
Luego de caminar varios metros le dije que podía quitarse la venda.
Un gran picnic con sus comidas favoritas, sus flores favoritas, la luz de la luna alumbrando todo a nuestro alrededor con su reflejo en el lago frente a nosotros.
La chica solo miraba todo sin palabras, estaba conmocionada. Pose mis manos en sus caderas estando detrás de ella y bese su mejilla con suavidad.
- Esto es para ti, para la mujer que me ha hecho ver las cosas de manera distinta.
La chica volteo a verme, pude ver un hermoso brillo en sus ojos cuando vieron los míos.
- Muchas gracias por todo... Realmente no pensé que pudieras ser así conmigo.
- Es lo menos que puedo hacer por ti.⎯ Dije con una sonrisa Karina y me acerque para besar de nuevo sus labios.
Todo el ambiente era perfecto y lo único que me importaba era la chica.
La tome de sus caderas y pegue más su cuerpo al mío, ella puso sus manos alrededor de mi abdomen y siguió mi beso, tenía tantas emociones encontradas, ya no sabía que iba a pasar conmigo sin la mocosa.
(...)
Pasaron unas pocas horas, aún seguía con ella, estábamos sentados en el césped frente al lago, ella estaba sentada sobre mi regazo mientras me contaba historias de ella cuando era pequeña, su emoción y de la manera que contaba cada detalle me hacía sentir agusto.
Ví que ella se quede viendo en mis ojos en silencio por unos segundos y luego volteó a mirar atrás con miedo.
Se sujeto fuerte a mis hombros y pude sentir como temblaba.
- ¿Que té pasa mocosa?
- Tom, alguien está ahí.
- Estamos solos, ¿De qué hablas?.
- ¡No Tom, alguien está ahí!
Se paró rápidamente de mi regazo y me tomo de la mano para escondernos en unos arbustos.
- Niña, estás bi-..
Me cubrió la boca tratando de callarme lo cual me molestó, iba a volver a decirle algo pero mi atención se fijó en una luz al otro lado del lago.
Parecían ser varios hombres armados y sabía que de mi banda no eran, pude ver sus uniformes y ví que venían del ejército de los Estados Unidos.
- Mierda.⎯ Susurré por lo bajo y tome a Alya en mi pecho, estaba temblando del miedo, realmente era una niña débil.
Pensé en el descuido que tuve de mi trabajo al pasar tanto tiempo con ella y no fijarme en los movimientos de las demás personas.
Realmente tenerla cerca se iba a convertir en un problema, lo único que quería era sacar a Alya de esta situación para que a ella no le pasará nada.
Tan pronto los hombres se alejaron advertí a Didier de lo que se avecinaba.
- Llegaré en 15 minutos, voy a poner a salvó a Alya primero.⎯ Dijo por el teléfono y lo colgué.
Volví a mirar que ya no hubieran hombres cerca, saque el arma que traía en mi cadera y tome a la chica en mis brazos.
- Tranquila princesa, nada te va a pasar.
Empecé a caminar con ella en brazos sigilosamente, la iba a llevar a una cabaña cercana pero bien oculta.
Cuando llegamos ella me suplico que no la dejará sola.
- Tom, por favor, no te vayas...
- Tengo que irme, prometo que volveré pronto por ti, ¿De acuerdo?.
Dejé un beso en su frente y ya estaba por salir de la cabaña cuando sentí sus cálidas manos tomando la mía.
- Entonces llévame contigo...
Fruncí el seño, no podía permitirme hacer eso, la pondría en riesgo, ella no conocía ni como protegerse así misma.
- No, te quedarás aquí.
- Por favor...
- Cuando súplicas te vez tan linda que me dan ganas de volverte hacer mía y dejarte sin caminar.⎯ Dije con una sonrisa ladina.
La chica no sabía que decir, sabía que este no era el momento para esos comentarios pero está lo que pensaba, al verla tan sumisa me daban ganas de tener su cuerpo otra vez.
Me controle, y dije ahora más seguro.
- Volveré para hacerte mía, eso tenlo por seguro, muñeca.
Salí de la cabaña sin dejar que la chica me contestará, ya tenía dos razones para volver y eso me llenaba de ánimos para matar rápido a todos y regresar a mi chica.
Tan pronto llegué a mi casa, todo estaba con sumo silencio pero mis hombres camuflados ya tenían en la mira a la mayoría de los invasores.
- Muy bien, que comience esta mierda.⎯ Dije para dando las órdenes a mis hombres para que empezarán a disparar.
────────────────────
Hola bonit@s.#Quince capítulo, el #Dieciséis capítulo estará mucho mejor.
¿Todo saldrá bien?
¿Volverán Tom y Alya a verse después de este enfrentamiento?
¿La ex de Tom estará también planeando algo para lastimar a Alya?
No olviden de votar y dejar su comentario!.
ESTÁS LEYENDO
Wish or death?
Random•El corazón no miente y el deseo se nota... • Aún a pesar de todo lo que me hiciste hay una pregunta que me evade cada noche y me pregunto... ¿Por qué no puedo dejar de amarte? -Haré que me veas tanto, tus ojos que no podrás olvidarme, y te irás al...