─ Part Nine ─

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Tom Kaulitz

Estaba caminando hacía mi habitación mientras sostenía la muñeca de Alya.

Sentí que algo nos detuvo.

Solo gire un poco mi cabeza y ví a Bill sosteniendo el brazo de la chica con fuerza.

- Suéltala.⎯  Dije ordenándole.

- No.

- Por última vez te digo la sueltes.

- No hasta hablar con ella.

Intente ser amable con él y intente darle una segunda oportunidad.

Y la rechazó.

Me avente sobre él golpeándolo y el hacía lo mismo conmigo.

Sentí las manos de Alya intentando separarnos, todo en vano.

Yo estaba cegado por los celos y Bill por la ira y desesperación de no poder hablar con la chica.

Alya Beamunt

Intente separarlos pero no pude, lo único que me quedaba era llamar a todos los hombres que habían en la casa y que me ayudarán.

Baje las escaleras y avise a todos en la casa lo que pasaba entre ambos gemelos.

Todos corrieron a separarlos contando con Didier y Erick.

Ese era mi momento para escapar, nadie me estaba poniendo cuidado y no habían hombres cerca.

Sin pensarlo dos veces corrí hacía la puerta y salí de aquella casa.

Corrí tan rápido como me lo permitieron mis pies.

Ya estaba un poco lejos, estaba desubicada me había adentrado tanto en el bosque que por cualquier lado que veía todo se miraba igual.

Solo seguí corriendo en línea recta, esperaba poder salir de ahí antes de que anocheciera.

Corrí tanto hasta cansarme y casi darme por vencida.

Sentí que solo daba vueltas en el inmenso bosque.

Narrador omnisciente

Tuvieron que utilizar a varios hombres para poder separar a los hermanos quienes por su pelea no se dieron cuenta que la mujer había huido.

- Trae a Alya.⎯  Ordeno Tom limpiando un poco de sangre que salía de su boca.

En seguida Didier asintió y fue a buscar a la mujer en cada rincon de la casa sin dar con su paradero.

Luego miro hacía la puerta que estaba entre abierta.

Rápidamente entendió lo que estaba pasando.

Fue hacía su jefe luciendo apurado.

- Jefe, Alya escapo.⎯   Dijo respirando un poco con fuerza.

- ¿De qué hablas?.

- Como lo dije, ella no esta en la casa, escapo mientras todos estábamos aquí.

- ¿Son imbéciles? Como van a dejar la casa sola por esta estupidez.⎯  Dijo él de trenzas y bajo la escaleras con afán y busco por él mismo a la chica.

No la encontro.

- ¿Qué hacemos jefe?.⎯  Dijo uno de sus hombres.

- ¿Qué hacen? No ven que la mocosa escapo y preguntas, busquen la y la quiero para hoy.⎯   Dijo con un tono desesperado y enojado.

Él hombre asintió y salió de la mansión con otros hombres detrás de él.

- Maldita mocosa.

Dijo él pelinegro entre dientes dando vueltas por toda la sala.

Didier intentalo calmarlo.

- Tranquilo Tom.. Ella no pudo ir muy lejos.

- Tienes razón.

Tomo asiento mientras movía su pierna intentando calmarse.

Su sangre hervía, se sentía molesto por que la mujer lo dejo justo unas horas después de decirle que era de él.

"Soy tuya", esas palabras estaban en la cabeza del de trenzas mientras cerraba con fuerza el puño.

A Bill le estaban tratando las heridas que le habías causado su gemelo.

- ¿Si te diste cuenta que la muchachita esa, escapó?.⎯  Escucho voces femeninas a los lejos hablando.

Se dio cuenta que hablaban de Alya.

Tuvo miedo de volver a perderla, así que tan pronto curaron sus heridas salió corriendo para buscarla.

Pasaban horas y nadie encontraba a la chica. La desesperación de Tom era más grande cada minuto.

Llamó a varios de sus socios para que le ayudarán con la búsqueda de la pelinegra.

- Tom.

- ¿Ya la encontraron?.⎯ Dijo el de trenzas viendo a su compañero.

- No, tal vez deberías dejarla ir Tom, ella no es feliz aquí.⎯  Hablo él pelirrojo.

- Ni hablar, ella estará conmigo cueste lo que cueste, ella me cambio mucho y quiero saber como lo hizo, ella me llena de dudas.

- Sí Tom, hemos notado tu cambio, pasaste de ser un insensible de mierda y tratar a las mujeres como un juguete, dejaste de traer putas a casa desde que ella esta aquí, pero piensa en ella.

- Estoy pensando en ella y lo mejor es que se quede conmigo, así podre protegerla.⎯  Dijo el pelinegro dándose cuenta que necesitaba a esa chica en sus brazos y volver a besar sus labios de los que disfruto muy poco, necesitaba volver a tocar su piel y dormir con ella de nuevo. Necesita ver esos ojos que lo atrapaban, necesitaba su aroma, su voz, su cabello, sus manos delicadas acariciando si cuello como lo hizo en el primer beso.

Necesita a esa mujer que lo estaba volviendo loco.

- La traeré entonces jefe pero cálmese, mañana a primera hora saldrá la droga a Estados Unidos y necesitamos de su liderazgo y para eso lo necesitamos con la cabeza fría.

Tom tomó un gran suspiró y subió a su habitación pero no pudo entrar y cambio de habitación.

No podía entrar ahí, todas las cosas de la chica lo atormentarían por cada segundo que pasará.

Los cuadernos de dibujo, la guitarra que compro para ella, su ropa, su perfume, todo estaba en esa solitaria habitación.

Se recostó en la cama de aquella habitación y cerró los ojos y recordado el beso con la mujer.

Le ponían los pelos de punta el solo pensar en eso, el sabor de sus labios aún podía sentirlo.

Alya Beamunt

Realmente no sabía en donde estaba, en poco se haría de noche y no podría ver nada.

Busque en donde pasar la noche y encontré una pequeña cueva.

Tenía miedo de que hubiera un animal ahí pero no tenía opción.

Entre y para mi suerte estaba solo y me acosté como pude y me dormí.

Era de madrugada más o menos las tres pude saberlo por la luna llena y en el lugar donde se encontraba.

- Busquen la hasta por debajo de las piedras si es necesario.

Escuche una voz familiar, era la de Didier y estaba cerca.

Escuche como unos pasos se aproximaban a mí.

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Hola bonit@s.

Octavo capítulo, el noveno capitulo estara mucho mejor.

¿Encontrarán a Alya?

¿Quién se acercaba a su lugar de escondite?

¿Todo saldrá bien con el transporte de drogas de Tom?

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Wish or death?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora