Wish or death?

─ Part Fourteen ─

Tom Kaulitz

Me quede en silencio varios segundos pensando que debía decir, no tenía ni la menor idea de por que termine la frase con ese "Te..", quizás debía decirle que la quería pero en realidad no sabía si sentía algo por la pelinegra.

- ¿Qué pasa?.⎯ Dijo la chica sentándose en la cama mientras tallaba sus ojos.

Mire su cabello desordenado y como se tallaba los ojos para luego mirarme.

- Te... Te quería preguntar algo...

- ¿Ajá?

- ¿Eres rubia natural?

- ¿Lo dices por mís raíces?, Sí, lo soy.

- Sí, lo digo por eso.

La chica asintió con la cabeza y se paro de la cama y fue en dirección al baño.

- Y... también quería decirte que te quiero...⎯ Balbuceé por lo bajo.

- ¿Dijiste algo?

Negue y me recoste de lado en la cama, por primera vez sentí vergüenza de mis palabras, escuche como ella cerró la puerta del baño y solté el aire que había aguantado por los nervios.

Me gire para ponerme boca arriba.

- ¡Mierda, Alya!.⎯ Dije alzando mi voz. La pelinegra no había entrado al baño, eso me hizo pensar.

Estaba recostada en la pared de brazos cruzados, me miraba fíjamente, de repente empezó a acercarse a mí lentamente sin quitarme los ojos de encima.

Se acercó a mi rostró y luego a mi oído para susurrar algo.

- Yo también te quiero.⎯ Su pequeño susurro hizo que la piel se me erizara.

Se alejó de mi y la mire a los ojos, pude ver un brillo en sus ojos color blanco y una pequeña sonrisa perfecta.

Sabía que ella no podía ver lo mismo en mis ojos, pero si solo supiera lo que esas palabras ocasionaron... Sus palabras fueron esa llama que prendió mi corazón y me hizo sentir algo que no había sentido por una mujer, por primera vez no ví a las mujeres como un juguete... No la ví a ella como mi juguete, la ví como algo más que eso.

Dió la espalda y esta vez si entró al baño, mi corazón latía con fuerza, coloque mis manos en mi cara y suspire intentando calmarme.

Sabía que estaba empezando a ser débil, pero por ella no me importaba.

(...)

Pasaban las semanas, mi relación con Alya cada vez era más cercana, mi pasatiempo favorito era estar con ella, ella me estaba enseñando a jugar volley ball, a tocar guitarra, no entendía nada de lo que hacía pero por ver la sonrisa en su rostro daría lo que fuera.

Ya no pasaba tiempo en el club como de costumbre, ahora me la pasaba en casa al lado de mi pelinegra.

- Tom... Quiero volver a tener mi cabello rubio.⎯ Exclamó la chica mientras buscaba su libro de colorear.

- Lo que pidas, traere el mejor peluquero de la cuidad para ti.

- Gracias... pero también quería pedirte un favor.

- ¿Qué necesitas muñeca?

- Quiero volver a ver a Zoe y a Emma... Son mis amigas y desde que me trajiste aquí no las eh vuelto a ver...

- No, no saldrás de aquí.

- Tom, por favor.

- No.⎯ Dije ya un poco molesto, la mire con mi mirada normal que para muchos era escalofriante, pero para ella no.

Ya no me respondió nada y siguió buscando su libro.

De ninguna manera saldría de mi casa, ella tendría que quedarse aquí.

Seguí pasando mi día con ella como de costumbre pero se notaba molesta aunque ella lo negará, empezaba a conocerla y sabía que su comportamiento no era normal.

- Bien... Puedes ir, solo si te acompaño.⎯ Dije mirandola mientras ella pintaba.

A penas termine de hablar ella se lanzó de mi para abrazarme y darme un pequeño beso en los labios.

- ¡Perfecto!.⎯ Dijo mientras sonreía.

Le devolví el abrazo y respondí con una sonrisa ladina.

- Pero no será gratis... Este favor si te lo voy a cobrar... Y sabes muy bien como..⎯ Pegue su cuerpo más al mío, pude ver un sonrojo en sus mejillas.

- Bien... Pero primero vamos a verlas a ellas.

- ¿Quieres ir mañana?

- ¡Sí!

Estaba emocionada y yo amaba verla así, ahora ambos estábamos pintando en su libro, se notaba que ella tenía más talento, empezaba a pensar que todo lo que ella hacía estaba bien.

- Te pediré que venga el peluquero hoy para que mañana veas a tus amigas bien presentable y hermosa, no digo que no seas hermosa solo es para que te quites ese tinte de cabello que ya no quieres.

Ella me miro y volvió a sonreír levemente dejando ver sus hoyuelos que me mataban poco a poco.

- Gracias.⎯ Se acercó a mi y beso mi mejilla, eso fue más que suficiente para mi.

Sabía que a este punto si ella me pedía que le bajará el cielo o contará cada estrella, lo haría, ella me tenía a sus manos, todo lo que quisiera, lo que anelara, lo que deseará, ella lo obtendría.

Llamé a Didier y le pedí que buscará al mejor peluquero y que lo trajera para hoy mismo, y eso hizo.

Pasaron unas cuantas horas y ya había llegado el chico, rápidamente se puso a trabajar con Alya en mi habitación, no podía ver lo que le hacía a mi chica, por que ella me dijo que no la podía ver hasta que ya estuviera listo.

Como ya era costumbre hice caso a sus ordenes, estaba en la sala recostado en un sofá.

- Te estás volviendo débil por esa chica.⎯ Dijo Bill tomando asiento en un sofá frente a mi.

- Eso no es tu problema.

- Tienes razón, no lo és, pero si es tuyo, cuando ella sepa que te tiene a sus pies te volverá una mierda y lo sabes.

- Ella no es así.

- Es mujer, ¿Qué esperas de ella?, nunca me imagine que tu, Tom Kaulitz, el mafioso más buscando del mundo, caiga a los pies de una niña y menor que tú.

- Solo son unos años y ya cállate.

- ¿Qué sientes por ella?

Me quedé en silencio unos segundos mientras pensaba... ¿Qué sentía por ella?, nunca me lo había cuestionado.

- No lo sé, solo sé que daría mi vida para verla sonreír, ella es...

Escuche unos pasos bajando por las escaleras y giré mi cabeza para ver a la chica que empezaba a bajar las escaleras dejándose ver poco a poco.

- Perfecta...

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Hola bonit@s.

#Catorce capítulo, el #Quice capítulo estara mucho mejor.

¿ Cómo reaccionará Tom al nuevo cambio de Alya?

¿Bill tenía razón al decir que Tom se estaba volviendo débil por la mujer que lo estaba haciendo perder la cabeza por su sola presencia?

¿Cómo reaccionaran las amigas de Alya al ver que se encuentra con el hombre más peligroso y maltratador de mujeres de la cauidad?

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