Capitulo 15

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Haber explíquenles el por que nos tiene reunidos aquí, haber mijo dígales.

Vicenta.

Vicenta qué nada, díganle a estas pobres mujeres que están todas asustadas.

Aquí nadien va a hablar que no sea yo, aquí valió madres este pedo el wey qué está aquí es el mismísimo David Cazares, sobrino de don chucho, el que está descuartizado desmembrado, echo pozole es el, y si no nos vamos nos va cargar la qué nos trajo, así que no es momento de sentimentalismo, ni de lloriqueos.

Qué David–Dije sorprendida.

Si Chula, pero ahorita lo que importa es su vida y encontrár a Josefina, así que hágale Vámonos.

Volvíste a hacerla de nuevo Gallo.

Si mi prietita, pero no sabes como hablo, si o no Vicenta.

No me hables cabron, qué en eso no habíamos quedado.

Ya mija, ya Chula en este negocio no sabemos cuando la muerte nos toca la puerta si me entiendes verdad.

Ya, hágale tomen todo lo que puedan y Vámonos, qué aquí ya no estamos seguros, bebote llevatelos a la Camioneta y segura te qué lleguen.

Claro que si chava yo me encargo.

Salí de ahí al ver todo eso, vi como estaba en pedazos no se si podre dormir, David el David que me traían flores y venia a verme ya no esta.

Vistes todo lo que provocas.

Como–Dije viendo a Deborah.

Si lo mato por que tu le gustabas a David y a Erick le gustas.

Haber Deborah, vienes aquí a decirme esto cuando todo se está llendo a la chingada, estamos huyendo del chucho ese, acabo de ver a David en pedazos, Josefina esta desaparecida, osea mami si te carbura bien la cabeza–Dije ya enojada.

Yo.

Tu nada, así que agarrate los maldito pantalones y súbete o quieres ser balazeada.

No.

Entonces muévete–Dije desperada y volteo a ver que todos me ven por el tono en que acabo de hablar.

Eso mija, ya era hora de que sacara las uñas pues, no por que Deborah sea mi Vieja va a venir aquí a querer mandarte chula, pero ya subanse.

Me subí a la Camioneta, y ya estabamos algunas arriba y era hora de irnos, sin antes que nada asegurarme que llevarían los papeles que traje lo más importante.

Valla forma en que te defendiste–Dijo Aracely–Era hora de que empieces a defenderte y más de personas así.

Lo se, no me dejaré de nadien a partir de hoy.

Si sabe que estoy aquí.

Y eso que o que, me debería importar que estés aquí y no hablar, sabes me gusta más decir las cosas de frente y no a las espaldas de los demás, por que por ahí me han contado que tu has hablado de mi a mis espaldas.

Yo, nunca no tengo necesidad.

Pues eso espero, que no estaré aguantando ninguna tipo de actitud de tu parte–Dije y volteo mi rostro hacia la ventana, mientras que traía cargada a Elizabeth.

Una hora, una hora fue el recorrido de donde estabamos antes a este nuevo lugar, entramos y luego bajamos, era igual o más grande que donde estábamos antes, acomodo bien a Elizabeth en mis brazos ya qué por el largo camino se quedo dormida, veo que atrás de nosostros llegan las camionetas y de ellas bajan Erick, chava, Rosario, Vicenta, Marcelo y entran los escoltas con las cosas ala casa.

A puerta cerrada Donde viven las historias. Descúbrelo ahora