O7 ── ゚: 。

74 19 2
                                    

Volver al trabajo ha ido... bien.

Claro, si acaso la palabra bien puede tomarse como un sinónimo a evitar agentes que intentan hablarle y a los cuales no reconoce en lo más mínimo, Alanna siendo su compañera y chofer designada para patrullar cuando sus turnos coinciden, y la falta del moreno durante sus horas laborales.

Cuando le mencionó lo poco que ha escuchado sobre Horacio durante sus jornadas a Alanna, lo único que dijo fue:

"— Así han sido los últimos meses, V"

Volkov no respondió nada en ese momento, y justo ahora, tampoco sabe qué se supone que deba decir. No es capaz de admitir que se está acostumbrando a la falta del menor en su día a día, puesto que sería una vil mentira, sobre todo cuando lo busca a cada instante; pero no puede evitarlo, no cuando su mente se enfrasca en rememorar sus turnos juntos, escucharlo por la radio y sentir su corazón rebosar de alegría, irse juntos a casa después de un día difícil, acudir a él si el día se volvía pesado o si simplemente le abrumaba la necesidad de besar sus labios.

Suelta un suspiro, pasando una de sus manos por su cabello, mientras espera que Alanna saque el patrulla; su vista se desplaza por la pantalla de su celular, con los múltiples mensajes sin abrir en su bandeja de entrada y las casi irrefrenables ganas de marcar el número que aún tiene grabado en su memoria.

Pero no se atreve.

No se ha atrevido a llamarle ninguno de los días que han pasado desde su última conversación en su oficina, las ansias por preguntarle cómo ha ido su día lo llenan, e incluso ha pensado en buscar alguna excusa que tenga que ver con su amnesia para tan solo escuchar su voz, y por supuesto, mucho menos escribirle un mensaje, puesto que siempre que abre su chat, lo invade la nostalgia al notar los últimos mensajes que compartieron, algo sobre una cita y Horacio llamándole Vik.

Aún estaban juntos, y Viktor solo... no puede soportarlo.

El sonido del claxon lo sobresalta un poco, su celular siendo guardado en su bolsillo mientras ingresa al patrulla.

— ¡Vamos V! ¡Apresúrate! Están hablando de un atraco que tal vez acabe en tiroteo —menciona emocionada al tiempo que se dirige a la dirección que marca el gps.

Volkov niega levemente, suspirando mientras ajusta el cinturón de seguridad, aceptando que no tiene más opción que seguirle el rollo, aunque un poco de emoción tal vez le haga despejar la mente.

No presta mucha atención al recorrido hasta que finalmente se encuentran llegando al lugar. Nota las patrullas y los agentes posicionados, pero su mirada se centra únicamente en el chico de cresta con la mitad inferior de su rostro oculta por la bandana de calavera que hace ademanes mientras se acercan.

Es imposible para él ignorar el instante en que Horacio nota su presencia, puesto que percibe la manera en que su cuerpo se coloca alerta, tenso; dubitativo de si acercarse a él o ignorarlo por completo, antes de finalmente dejar de lado las indicaciones que le estaba brindando a uno de los agentes y dirigir sus pasos firmes hacia él.

— ¿Qué haces aquí?

Ni un saludo ni nada, su tono es tajante, ignorando por completo a Alanna que prefiere alejarse con disimulo del intercambio sin tan siquiera inmutar al moreno, quien permanece con su mirada fija en él, Viktor casi puede imaginar la mueca que forman sus labios cubiertos por su característica bandana mientras le habla.

— Eh- ¿trabajar? —murmura tranquilo, casi soltando una risa cuando escucha el resoplido del menor.

— No te hagas el gracioso, estoy hablando en serio —se queja, cruzando los brazos sobre su pecho. — ¿Estás tan siquiera en condiciones de estar aquí? Una cosa es que estés de vuelta en la oficina, y otra que vengas a liarte a tiros.

 𝙖 𝙗𝙞𝙩 𝙤𝙛 𝙡𝙤𝙨𝙩 𝙝𝙚𝙖𝙧𝙩𝙨 .*。Donde viven las historias. Descúbrelo ahora