La mañana llegó y el primero en despertar fue Nolan, se levantó con cuidado de no molestar a nadie y camino a la salida que daba al bosque.
Se sentó en el porche y se permitió ver sus manos.
Los raspones seguían algo rojos y las marcas de sus uñas en los brazos se notaban levemente.
No supo cuánto estuvo observando sus heridas cuando sintió que algo era colocado en sus hombros haciéndolo sentir el calor que la prenda tenía de la persona que antes la tenía puesta.
— Prepararé el desayuno, ¿Me ayudas?
Pregunto esperando pacientemente la respuesta.
— ¿No te preocupa que un cuchillo este cercas?
El mayor nego con una sonrisa culpable.
— De acuerdo pero no quiero que me regañes si hago algo mal, no soy muy bueno cocinando.
Ambos entraron a la casa y buscaron en las alacenas y refrigerador para ver qué podrían hacer.
— ¿De casualidad tu billetera viajo junto con nosotros?
Cuestionó Nolan al ver las pocas provisiones.
El mayor asintió tentando su bolsillo logrando que Nolan sonriera alegre.
— Hay que comprar pan, también leche y unos huevos... Vamos Miguel.
El mayor apretó los puños, realmente no sabía si estar molesto o no ya que nunca le aclaro que no se llamaba Miguel como Stiles le decía para molestarlo.
Camino tras él ojiazul hasta la puerta principal y una vez fuera de la casa caminaron en silencio, al menos eso hasta que Derek decidió hablar.
— No me llamo Miguel, Stiles invento eso porque fue lo que su brillante cerebro pensó cuando me presento a Danny, en ese tiempo la policía me buscaba por culpa de él y Scott, no había que arriesgarnos a que fuera de chismoso con el sheriff.
Nolan asintió con una pequeña sonrisa y lo miraba con tanta curiosidad.
— La cosa es que lo tomo como una costumbre, lo volvió hacer cuando Kate me convirtió en adolescente, el agente McCall me conoció como el primo Miguel de México, también tengo un apellido largo, cortesía de Stiles.
Nolan asintió al tiempo que apretaba los labios para reprimir la risa al ver cómo el ceño del mayor se fruncia y sus gestos eran de desagrado.
— Solo Derek, llámame Derek o también tendré que amenazarte para que no me digas Miguel.
Nolan asintió respirando profundo para olvidar la risa inminente que solo se mostró con una pequeña sonrisa burlona.
Derek simplemente siguió caminando ya en silencio, esperaba realmente que el chico dijera algo pero parecía pensativo y distraído con sus manos.
Por otro lado, en la mansión Hale, Darío, alpha de la manada Hale había despertado con la clara intención de llevar a su hijo menor a dar un paseo por el bosque.
— ¿Me dilas que hacemos aquí?
Cuestionó ceñudo viendo todo a su alrededor.
— Pensé que querrías pasar tiempo con tu padre, además necesitas saber cosas de Alphas si deseas ser uno.
Peter lo pensó por un momento antes de asentir emocionado y feliz.
— Bien, lo primero que debes de entender es que sin una manada no eres nada, el que ahora tengas a dos adolescentes del futuro dispuestos a servirte no significa que eres alguien.
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Una Peculiar Manada
FanfictionLos secretos más grandes que jamás te imaginaste se pueden revelar gracias a una tormenta y unas brujas en busca de poder. Derek y Cora nunca conocieron del todo a su madre, ella no era como la recordaban y fue una sorpresa para todos al saber que S...