𝔼𝕝 ℂ𝕠𝕟𝕕𝕖 𝕁𝕖𝕠𝕟 → KOOKMIN → OMEGAVERSE

Condesa / Once

Capítulo 11 – "La condesa"

La joven mujer entró caminando al castillo con guardias a su alrededor.

Era hermosa, pero frívola y misteriosa. Tenía todas las cualidades para ser deseada y respetada en el mundo hostil donde vivía, solo había un problema: estaba casada con un hombre que parecía no notar ninguna de ellas.

Jeon Jungkook y Jeon So Hee, se habían casado hace cinco años, luego de que los señores de altos mandos decidieran que el título de Conde sería impuesto al inexperto alfa; pero solo con una condición... el casamiento.

¿Amor? Para nada.

Ella intentó amarlo en un principio, pero no lo logró. Su relación amistosa era buena, pero no lo suficiente para compartir una cama. Jungkook viajaba, dormía con omegas, y no estaba dispuesto a cambiar sus hábitos a pesar del casamiento... y ella lo sabía. Se llenó de odio los primeros días, pero aún así mantuvo la compostura, la línea, la sangre en su lugar.

Los primeros dos años fueron difíciles, curando sus heridas y lidiando con sus sirvientes, los siguientes dos fueron aún peor, durmiendo en el castillo mientras que Jungkook salía en sus expediciones y ella esperaba sola cada noche por él... por eso el último año decidió mudarse con sus hermanas, lejos de allí, lejos de todo, lejos de los comentarios maliciosos que pudieran hacerle daño.

So Hee sin dudas hubiese preferido mil veces enviar un simple regalo con un mensajero... pero no, debía venir a saludarlo personalmente y no solo eso... comunicarle una noticia, la cual no sabía como Jungkook podría tomar. Todas esas sensaciones de odio que el Conde creaba en ella, se espumaban cuando se encontraba con sus ojos y recordaba sus sonrisas antes del casamiento... hace tantos años, cuando ninguno tenía títulos, cuando intentaban ser niños normales entre tanta guerra.

Caminó hacia la sala principal, pero antes de llegar se encontró con alguien que le hizo sentir un horrible escalofrío... como nadie lograba provocarle hace tiempo. Sabía que llevaba cuatro días atrasada para el cumpleaños de Jungkook, por eso no esperaba ver más invitados en el castillo.

Un joven omega pasó caminando frente a ella y ni siquiera se volteó a mirarla... corrían tras él, Taehyung y Hoseok... quienes habían sido sus sirvientes en algún momento. Le hicieron reverencia y siguieron su paso.

Era hermoso y olía espantosamente a Jungkook, por todas partes.

Su cabello era rosado y bastante largo para el corte militar acostumbrado a usar en aquel entonces, su piel parecía brillar... tan libre de cualquier impureza, su cuello, estaba marcado por todas partes por los colmillos de quien suponía sería su alfa, y su presencia... ¡Dios su presencia! La hizo retroceder y mirarlo con recelo, lleno de odio y desafío.

Así que era verdad eso que se andaba diciendo por ahí: la presencia de un nuevo sirviente en el castillo.

"¡Sirviente!" – los tres se detuvieron, pero solo Taehyung y Hoseok voltearon. Eso hizo enfurecer a la condesa, que ya bastante enojada estaba con solo la presencia del omega – "¡Sirviente! A usted le hablo... al de cabello rosado"- el joven volteó y le dedicó una sonrisa extraña, tan extraña que ella no pudo entender si en verdad era sincera – "Tu nombre... quiero saber tu nombre. Dímelo"

"Park Jimin, señora"

"No me diga señora, aún no tengo suficiente edad"

"Disculpe el atrevimiento"

"Señorita estará bien, ya pueden seguir con su paso"

La condesa se quedó observando mientras se retiraban; es que incluso su voz, era como una fina melodía.