Drogas, navajas / Catorce

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Capítulo 14 "De drogas y navajas"

La Condesa tenía un secreto. Un secreto que podía utilizar contra Jimin si accionaba su plan aquella noche... y esa noche era perfecta.

So Hee se sentía humillada y enojada, de un modo indirecto pero a la vez preciso. Ese ataque de celos por el sirviente... ¿en que nivel de importancia la dejaba en la vida del Conde?

Definitivamente había retrocedido, un escalón más si era posible.

Era la única manera de atarlo y hacerle entender que sin dudas era la persona indicada.

Ella daba la vida por él, aunque se mostrara dura a veces, y sabía que el día para ser valorada iba a llegar pronto.

Fue tal vez por todo eso que derramó ese líquido medicinal en su Vodka.

¿Con qué fin? Probablemente domarlo un poco, hacerle perder la conciencia y dejarlo completamente a sus pies.

Jungkook terminó de bañarse pero aún seguía molesto, aunque el orgullo luchaba por hacerle creer que no. No podía salir corriendo al burdel de la ciudad, aunque ganas no le faltaban... tampoco podía seguir jugando con la paciencia de So Hee, porque sabía que la muchacha no tenía la culpa.

Jimin sin dudas había sido para él un arma de doble filo.

Su punto débil enterrado hace años, parecía volver a latir en ese entonces, pero él, no creía en el amor a primera vista.

Mejor dicho, no creía en el amor.

Eso era cosa de débiles... así como su madre y toda su historia familiar.

Si había algo que Jeon Jungkook no había querido ser nunca, era una persona débil.

Con la excusa del deseo, de la lujuria y la ambición... compró su cuerpo.

Sin darse cuenta de que probablemente también, estaba comprando su alma.

Y la primera vez que lo hizo suyo, se creyó victorioso... y tardó tiempo en cuestionarse quién había sido el verdadero ganador aquella noche.

Simplemente decidió que ambos habían perdido algo.

Jungkook: la fortaleza inquebrantable.

Jimin: la frialdad y perfección que lo hacía intocable.

Y cada vez que tenían sexo, esa adicción por el otro iba creciendo un poco más... hasta que iban apareciendo nuevas escenas en la rutina gracias a la confianza que ambos obtenían gracias al vínculo, cosas que no eran del todo malas, cosas que ninguno de los dos se imaginaban que podían llegar a lograr con otro lobo.

Nunca olvidar por supuesto... la violencia continúa en la que vivían y el malestar que creaban en el castillo con sus gritos cuando peleaban.

Eran enfermizos pero eran tan simples a la vez.

Se habían enamorado, porque eran predestinados.

Y si, el amor era cosa de idiotas y de enfermos, pensaban los dos.

Cada vez habían más atenciones dulces de parte del Conde, que sin darse cuenta, iba cambiando lentamente a los ojos de todos en el castillo. Y también, cada vez el comportamiento del sirviente se iba volviendo más sumiso... más ido, antes los ojos de Jungkook y de sí mismo por supuesto.

El alfa no iba a dejar que ningún otro hombre lo tocara.

Ardió de furia y sin ni siquiera cambiarse, salió corriendo de la habitación.

𝔼𝕝 ℂ𝕠𝕟𝕕𝕖 𝕁𝕖𝕠𝕟 → KOOKMIN → OMEGAVERSEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora