5. Especial

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Lactancia. +18


— ¡NOO! — vociferó el alfa.

Peter lo vio, con sus labios apretados manteniendo la compostura. Acunó el cuerpo de su hijo y se frotó sus mejillas con la mayor viendo el escándalo de su padre.

— Señor O'Hara... — el doctor de la familia trataba de explicar la situación de la forma menos explícita posible; pero Miguel se negaba rotundamente.

Peter acomodó con sumo cuidado a Andrew en su regazo, el péquelo omega de 11 meses era muy apegado a su padre omega al igual que May; el pequeño se quejó entre el sueño por el movimiento ignorando los gritos escandalosos de su padre alfa. May observó el acto y se quedó en su lugar.

Peter extendió su mano desocupada y tomó la de su alfa, entrelazó los dedos tratando de calmarle. Miguel lo vio de reojo, bañando sus mejillas y la puntas de sus orejas de carmín por la acción.

— Dejemos que termine de explicar, Cariño — murmuro viendo los ojos de su alfa. El rojo desapareciendo de los orbes.

Miguel asintió, obediente ante Peter.

Su lobo revoloteando ante el cariñoso apodo, embobado ante las muestras de afecto que Peter tenía con él ante los demás.

— Está bien — respondió, volviendo a prestarle a atención al Doctor.

El beta se aclaró la garganta nervioso ante la situación y un poco pasmado por el comportamiento que acaba de presenciar — Como les decía, dado el caso de que el pequeño ya no quiere la leche de su padre omega les requiero realizar otras práctica, evitando así problemas para él omega. —

Miguel se irritó, sabía de qué clase de prácticas hablaba y aunque fuera un una buena idea, sus lecturas antes del parto y luego de él siempre decían lo mismo.

Para la salud de Andrew, el pequeño omega debía seguir tetando; pero al parecer el niño no quería seguir con la leche de su padre.

— ¿Son necesarias esas prácticas? — cuestionó el alfa, dejes de molestia en su voz.

Peter río bajo al ver la incomodad del alfa ante la instrucciones.

Entendía por que el malestar, aunque no era válido seguía causándome gracia aquel comportamiento.

— Como le dije ante señor O'Hara, para que su omega no sufra por la leche acumulada en sus pechos pueden extraerla y dársela con el biberón, creo ya haberles hecho la mención del extractor de leche — hablo tranquilamente el médico, quien checaba unos folletos en su escritorio.

El leve espolvoreo de rubor se convirtió un sonrojo salvaje de gránate. El corazón de Miguel se volcó cuando su imaginación viajó más allá de lo que debía, su labio inferior fue tomado con disimulo mordiéndolo para reaccionar nuevamente. Sin darse cuenta apretó con descuido la mano de su pareja; Peter le vio, las orejas completamente rojas y sus mejillas bañadas del mismo color.

Una ceja se arqueó y lo vio expectante.

¿Por qué se sorprendió ante la mención del extractor?, o será que...

Peter captó realmente por qué el malestar de Miguel, río bajito cuando se dio cuenta de por que su alfa había tenido dicha reacción ante los inocentes comentarios de su médico.

— ¿Entonces? — preguntó él beta.

Peter regresó el apretón, sacando de su ensoñación a Miguel, — Esta bien, haremos lo que nos a comentado hoy —

Estaba ido en algo que su instinto más bajo anhelaba, pero que había tenido cuidado de dejarlo salir luego del embrazo de Peter.

Lo qué pasó a continuación fue como una película frente a sus ojos; vio como el médico les entregaba unos folletos y daba una explicaciones más, como si estuviera en alguna especie de control automático.

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