Despertar

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Un delicioso aroma a tocino invadió la nariz de la heroína número 10. Su cabello alborotado evitaba que los rayos de sol le dieran directo en el rostro, pero aún así pudo darse cuenta de que era la mañanade un nuevo día, se había quedado dormida después de los eventos de la noche anterior.
Al levantar su cara, pudo notar como un charco de su propia saliva se había impregnado en la almohada y de paso en su mejilla, lo que le revolvió el estómago. Rápidamente se incorporó fuera de la cama y se dirigió al baño para lavarse el rostro y los dientes, así como para darle un poco de orden a su melena despeinada.
Se sorprendió al notar que solo tenía puesta la parte inferior de su ropa interior, así que tomó cualquier blusa holgada que se encontró de regreso a su habitación, para despojarse de su desnudez.
Una vez estando más presentable, bajó las escaleras con el propósito de llegar a la cocina, que en esos momentos estaba teniendo la mañana mas ruidosa desde que fue construida.

-¡¿Quién demonios inventó estos putos platos diminutos?! Parece que solo puedo servir porciones infantiles.- el rubio explosivo estaba eufórico (algo muy común en él) tratando de encontrar los utensilios correctos para servir el desayuno.

(Nombre) se acercó a él sigilosamente, y pudo mirarlo a distancia, admirando lo bien que se veía. Solo traía puesto su pantalón y un delantal que lo protegía de ensuciarse con la comida, pero que dejaba descubierta su musculosa espalda. La imagen le causo mariposas en el estómago y cosquilleos en todo el cuerpo a la heroína, que tomó una fotografía mental para grabar el momento en su memoria.

-¿Qué haces Katsuki, por qué estas vestido asi? - preguntó con la cara roja de vergüenza.

-Buenos días idiota ¿al menos puedes saludar correctamente? -contestó el rubio girándose para verla a la cara - estoy vestido así porque no tengo ropa que ponerme, no hagas preguntas estúpidas. -

-Tú me saludas pero también me insultas, así que estamos a mano. Bueno tal vez no... - respondió la chica mientras se acercaba a él y se ponía detrás suyo para mirarlo con más detalle. Con la punta de los dedos tocó delicadamente algunas marcas superficiales que pudo notar cuando lo vió de espaldas. Bakugou se estremeció y se volteó para mirarla de frente.

-Tienes arañazos en toda la espalda y brazos ¿te lastimé?- cuestionó la chica, su cara reflejó la sincera culpa que sentía por lo que había hecho en la piel del héroe.

-No seas ridícula, tengo el cuerpo lleno de cicatrices realmente profundas por mis batallas, lo que me hiciste son apenas rasguños, tranquila no me lastimaste.- respondió el rubio, pero al terminar la frase se acercó más al rostro de (Nombre) con el ceño fruncido. - Me preocupa más que yo ta haya lastimado a ti...

-Ah te refieres a... eso... no te preocupes, solo me duele un poco al sentarme - contestó la heroína avergonzada con la cara ruborizada por el recuerdo de la noche anterior.

-No tonta, me refiero a esto... - corrigió el rubio, mientras se acercaba a (Nombre) para levantar la holgada blusa que tenía puesta, descubriendo su cuerpo hasta la altura de su ombligo.

Un par de marcas habían quedado tatuadas en sus caderas, tenían la forma de las manos de Katsuki, una de cada lado. Ciertamente, la chica sentía un ardor extraño pero no se había detenido a revisarse, ahora entendía la causa, Bakugou la había quemado en su encuentro.
Ambos vieron las heridas y volvieron a mirarse a los ojos.
Por primera vez esos ojos rojos no desprendían ira u orgullo, sino que se reflejaba en ellos una mezcla de tristeza, culpa y vergüenza.

-Realmente lo siento, esto es culpa mía, mi quirk se activa con mi sudor. Mis manos producen glicerina al sudar. Anoche no noté que estaba transpirando mucho y me dejé llevar, eso debió activar mis explosiones y terminé quemándote la piel.

El Héroe número 1 *Bakugo Y Tú* (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora