Un Omega recesivo dañado por un alfa dominante tuvo las responsabilidades de un adulto desde muy pequeño, no odia a las personas, solo es un poco reservado. No odia a los omegas, solo no es que le guste del todo ser uno. Pero, el poder obtener un tr...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
___________________________
— Parece muerto.
Kim Dan estaba aún durmiendo plácidamente en un lugar que obvio no era su casa, sino la mía. El pequeño idiota podía dormir donde sea y por mucho tiempo al parecer, no le importaba nada.
— ¿Cómo lidiare contigo?
Estaba pensando la manera en decirle lo que había pasado y comentarle que ahora estaba en total deuda conmigo, quería tenerlo para mí. La luz del lugar contrastaba con cada parte de su pálido rostro y le hacía resaltar su belleza. Todos los omegas eran muy hermosos y tenían un olor bastante atrayente.
Su cuerpo es delicado y parece tan frágil como el cristal, la verdad es que este tonto es un Omega muy bonito y no dudo en que varias personas hayan alguna vez puesto su interés en él. Lo ví moverse ligeramente y reincorporarse de manera rápida, observando su alrededor y alterando su estado porque se encontraba en un lugar donde no quería estar. Estaba punto de levantarse, quedó sentando cuando decidí que era momento de decir algunas palabras.
— ¿A dónde mierda crees que vas?
¿Por qué salta como si lo fuera a asesinar? Es muy tonto. ¿En serio tiene 29 años?
— ¿Por qué estoy aquí? — estaba escandalizado y yo solo quería reir por lo patético que se veía de esa forma.
— He salvado tu maldito trasero Doc. Dan, deberías de agradecerme — su expresión de confusión y temor me hacía querer tomarlo en ese momento. Se veía tan indefenso que deseaba tomar cada parte de él y deleitarme con la delicadeza de su piel y lo suave que era — por ejemplo, puedes hacerme una mamada justo ahora — estaba tan feliz de tenerlo para mí. Este hermoso Omega ahora me pertenecía, era mío.
— Creo que solo me ha llevado a casa, no sé por qué estoy en la suya.
Era tan estresante.
— Fue tu culpa — me acerque un poco a dónde se encontraba, quedando justo a su lado — unos matones estaban allá cuando llegamos a lo que parecía ser tu hogar, ¿en serio vives ahí?
Era asfixiante el recordar ese diminuto lugar llamado casa. Asqueroso también.
— Creo que eso a usted no le debe interesar — ¿por qué se ponía de esa forma si era la verdad?, el lugar es horrible. Por sus gestos parece que quiere llorar, es lamentable.
— Ah, no me importa. Pero que bueno te mudas de esa pocilga, es asqueroso — ahora podía tenerlo viviendo aquí, a bajo mis reglas y condiciones.
— ¿Eso a ti que te interesa? — la cama se sacudió un poco ante el abrupto movimiento que hizo Dan cuando se levantó, parecía enojado — no debes meterte en mi miserable vida, así es como la ves. Por favor. Y gracias por traerme a salvo, nos vemos en el trabajo — estaba bastante sorprendido porque de repente él ya se marchaba de mi casa, ni siquiera iba a preguntar qué pasó con los malditos bastardos esos.