Un Omega recesivo dañado por un alfa dominante tuvo las responsabilidades de un adulto desde muy pequeño, no odia a las personas, solo es un poco reservado. No odia a los omegas, solo no es que le guste del todo ser uno. Pero, el poder obtener un tr...
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- Dan me va a cuidar.
- ¡¿Qué me dices pequeño bastardo?!
Estuve a punto de gritarle, sentía mi cuerpo temblar y no era el único. ¿Qué pasaba?, no lo sé. Estaba en una especie de celo en conjunto después de llegar al apartamento porque el Omega frente a mí con delicioso olor a vainilla no dejaba de desprender feromonas alterando a los demás. Después de salir como si nos persiguieran, su olor iba en aumento.
Claro que no había perdido la razón él ni yo pero sentía palpitar lo cuerpo y el calor comenzaba a hacer que las reacciones naturales y salvajes quisieran salir a flote. El omega frente a mí solo desviaba la mirada a cualquier punto donde no pudieran conectar sus ojos con los míos y el leve tono rojo, así como la manera en que se movía ante la necesidad de tener sexo, estaba en sus mejillas tan apetecibles.
- Que Dan y yo no vamos a presentarnos en el gimnasio hasta nuevo aviso - ¿acaso Namwook era tonto como para no entender bien a la primera? - me siento mal y él tiene el remedio para curarme, ¿vas a dejar que tú atleta estrella se sienta mal y no...
- ¿Qué le vas a hacer al pobre doc?, a ti no te creo nada y él de seguro te va a cubrir cualquier tontería que se te venga en mente.
- Ay, ya - corte toda su palabrería para por fin terminar esa tonta conversación y concentrarme en el lindo y necesitado Omega con sabor a grosella que me iba a comer justo ahora - no le haré nada, simplemente... va a ayudarme con una dura situación.
No evite sonreír al ver cómo dió un pequeño brinco y su olor se intensificó, era demasiado... embriagante. Quería fundirme con él y escuchar como su voz repetía una y otra vez a quien le pertenecía, claro; también esos gemidos tan necesitados y lindos que eran la mejor música que podía escuchar.
- Jaek...
- Adiós y ni tú ni nadie se presente en mi casa si no quieren que les arranque la garganta - después de esas palabras, nada se escucho y pude centrar toda atención a mi postre.
El solo pensar que alguno de esos malditos, idiotas y degenerados alfas llegará a tocar lo que me pertenece hacia crecer un enojo enorme. Nadie tenía ni podía tocar a Kim Dan, nadie excepto yo.
- Oiga, lo mejor es que no lo moleste para que no haya accidentes. ¿Me retiro?
Iba a levantarse pero yo no permitiría que se fuera. Así que en pasos rápidos lo tuve acorralado entre la pared y mi cuerpo, dónde tome una de sus manos y la puse sobre mi entrepierna para que sintiera lo duro que estaba con solo oler su aroma y verlo retorcer su cuerpo tratando de calmar los espasmos que estaba sufriendo por no tener un pene en su mojado agujero.
- Si ya sabes que estoy en celo, creo que nos la pasaremos de maravilla - con mis labios comencé a dejar un rastro de besos que comenzaron desde la parte trasera de su oreja y recorrí hasta su cuello, dónde succione para dejar una pequeña marca como recuerdo y muestra de anticipación de lo que estaba por venir para ambos - ve a bañarte y te espero en mi cuarto sin ropa.