Un Omega recesivo dañado por un alfa dominante tuvo las responsabilidades de un adulto desde muy pequeño, no odia a las personas, solo es un poco reservado. No odia a los omegas, solo no es que le guste del todo ser uno. Pero, el poder obtener un tr...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
_______________________
— ¿Cómo se siente?
Era de reconocer las habilidades excelentes de Dan, es una persona dedicada en su trabajo y no podía refutar nada contra ello. Siempre después de una sesión me sentía mucho mejor con mi cuerpo y en diversas ocasiones relajaba mi mente en extremo.
— La verdad es que bien, de tus habilidades en fisioterapia no puedo decir nada malo, pero de tus habilidades en el sexo aún te falta mejorar mucho — tocar su trasero se había estado volviendo un tipo de actividad regular que hacía sin darme cuenta, solo mis manos estaban ahí y Dan se escandalizaba cada vez que eso sucedía — y a eso me refiero cuando me la chupas.
— ¡Jaekyung! — rápido, alejo mi mano de su redondo trasero y se hizo hacia atrás con su rostro rojo por la vergüenza. ¿Qué tanto le daba pena?, quiero decir, le he visto como llego al mundo y él a mí.
— ¿Por qué te da vergüenza?, hemos cogido tantas veces.
— Alguien podría vernos — a veces se descuidaba, no se daba cuenta cuando se acercaba de más a mi espacio personal y eso era excelente, podía tomar aquí y ahora.
— Estamos en casa, no digas una excusa tonta y sin sentido — atraje su cuerpo y en un movimiento rápido lo coloque a horcajadas sobre mi pene que había despertado tan solo ver su rostro sonrojado y tímido al tener sexo, no podría imaginar que era este omega el que días anteriores me pedía más cuando estaba en su celo — quiero cogerte — tome su cintura un poco más fuerte, ejerciendo presión para moverla a mi antojo sobre mi necesitada anatomía.
— Jaekyung..., ahorita no.
— ¿Por qué? — su aroma es tan adictivo y relajante, era un aroma que me agradaba. Buen aroma, fisioterapeuta y bonito, un buen compañero sexual que me pertenecía.
— No me he bañado.
Con cada suspiro que emitía su aroma se intensificaba y él también iba cayendo en la necesidad de tener sexo. Podía oler también sus fluidos, que no eran muchos, pero si estaba comenzando a excitarse.
— Pues vamos a bañarnos.
— Oye, espera...
Su cuerpo es tan ligero que en un movimiento rápido lo tome y camine en dirección al baño para refrescarnos y limpiarnos. Debería de hacer esto a menudo, verle húmedo y excitado era delicioso, una vista excelente. Parecía un pequeño cordero que iba a ser devorado en cualquier momento.
De su cuerpo fui quitando cada una de sus prendas, las cuales estorbaban en mi objetivo de poder tenerlo desnudo y a mí merced, su aroma cada vez era más intenso y se combinaba con el mío haciendo que este fuera un espacio en el que las feromonas espesaban el aire y aumentaban la necesidad de tener sexo. Era como despertar con una necesidad inexplicable pero sabías que era tu objetivo.