Capítulo 9

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— ¿Cómo se siente?

Era de reconocer las habilidades excelentes de Dan, es una persona dedicada en su trabajo y no podía refutar nada contra ello. Siempre después de una sesión me sentía mucho mejor con mi cuerpo y en diversas ocasiones relajaba mi mente en extremo.

— La verdad es que bien, de tus habilidades en fisioterapia no puedo decir nada malo, pero de tus habilidades en el sexo aún te falta mejorar mucho — tocar su trasero se había estado volviendo un tipo de actividad regular que hacía sin darme cuenta, solo mis manos estaban ahí y Dan se escandalizaba cada vez que eso sucedía — y a eso me refiero cuando me la chupas.

— ¡Jaekyung! — rápido, alejo mi mano de su redondo trasero y se hizo hacia atrás con su rostro rojo por la vergüenza. ¿Qué tanto le daba pena?, quiero decir, le he visto como llego al mundo y él a mí.

— ¿Por qué te da vergüenza?, hemos cogido tantas veces.

— Alguien podría vernos — a veces se descuidaba, no se daba cuenta cuando se acercaba de más a mi espacio personal y eso era excelente, podía tomar aquí y ahora.

— Estamos en casa, no digas una excusa tonta y sin sentido — atraje su cuerpo y en un movimiento rápido lo coloque a horcajadas sobre mi pene que había despertado tan solo ver su rostro sonrojado y tímido al tener sexo, no podría imaginar que era este omega el que días anteriores me pedía más cuando estaba en su celo — quiero cogerte — tome su cintura un poco más fuerte, ejerciendo presión para moverla a mi antojo sobre mi necesitada anatomía.

— Jaekyung..., ahorita no.

— ¿Por qué? — su aroma es tan adictivo y relajante, era un aroma que me agradaba. Buen aroma, fisioterapeuta y bonito, un buen compañero sexual que me pertenecía.

— No me he bañado.

Con cada suspiro que emitía su aroma se intensificaba y él también iba cayendo en la necesidad de tener sexo. Podía oler también sus fluidos, que no eran muchos, pero si estaba comenzando a excitarse.

— Pues vamos a bañarnos.

— Oye, espera...

Su cuerpo es tan ligero que en un movimiento rápido lo tome y camine en dirección al baño para refrescarnos y limpiarnos. Debería de hacer esto a menudo, verle húmedo y excitado era delicioso, una vista excelente. Parecía un pequeño cordero que iba a ser devorado en cualquier momento.

De su cuerpo fui quitando cada una de sus prendas, las cuales estorbaban en mi objetivo de poder tenerlo desnudo y a mí merced, su aroma cada vez era más intenso y se combinaba con el mío haciendo que este fuera un espacio en el que las feromonas espesaban el aire y aumentaban la necesidad de tener sexo. Era como despertar con una necesidad inexplicable pero sabías que era tu objetivo.

P E T R I C O RDonde viven las historias. Descúbrelo ahora