Breed

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Me desperté e Izzy seguía a mi lado, dormido como un bebé, sonreí al recordar todo lo que había ocurrido ayer. Miré el reloj y eran más de las once, toqué su rostro con delicadeza y dejé un beso en su mejilla. Se despertó de inmediato y me besó con lentitud

- Buenos días – Le dije

- Hermosos al vete – Me sonrojé de inmediato y se levantó de la cama. Vi que mis bragas y sostén estaban de su lado

- ¿Me pasas mi ropa? –

- No, quédate así – Me guiñó el ojo

- Vamos, dámela – Se colocó su pantalón y agarró mis prendas

- ¿Y si me las quedo? Son muy sensuales – Las observó con detalle

- ¿Para qué exactamente? – Reí unos segundos – Ya entrégamelas –

- Ven a buscarlas – Salió de mi habitación e intenté perseguirlo, pero mis piernas dolían demasiado

- ¡Joder Iz! – Me tiré en una de las paredes, él me observaba desde debajo de la escalera, las subió y me dio la ropa en la mano, besando mi cabello

- Te dije que no ibas a poder caminar – Me ayudó a levantarme y le di un leve golpe en el hombro. Aunque él estaba orgulloso de esto

- ¿Ah no? – Me solté e intenté bajar pretendiendo que no me dolía nada, pero era obvio que se me dificultaba. Lo escuché reír desde atrás mío

- Te hago el desayuno – Afirmó y yo asentí. Llegué a la cocina un rato después, con un pantalón. Dejó las tostadas quemadas a mi lado

- Perdón, la verdad se me pasaron – Rascó su nuca y no pude evitar carcajear levemente

- No te preocupes – Le di mis manos y él las tomó. Dejé mis muñecas al descubierto sin haberme dado cuenta de las marcas de hace unos días

- Isa...- Miró y luego observó mis ojos con un poco de tristeza. Le solté de inmediato y tomé una campera que estaba por ahí. Estaba avergonzada. Me senté en el sofá y él lo hizo a mi lado

- ¿Qué pasó linda? Eso es imposible que te lo hayas hecho tú –

- ¿C – como sabes? Me lo hice hace unos días – Mentí con nervios y agotamiento a la vez

- Porque parece como si te hubieran agarrado con fuerza. – Me respondió serio, no sentía que me juzgaba, yo sola lo hacía

- Lo hice yo. No te lo dije para que no te preocuparas –

- Entonces de eso hablabas con Axl – Hizo una pausa y yo asentí con el corazón a mil – Sabes que también puedes hablar de lo que sea conmigo – Tomó mi cabeza con sutileza y me recostó en su hombro. Solo lo abracé y comencé a llorar de a poco, me contuve bastante. Me sentía tan a salvo a su lado.

- Vamos a comer – Le propuse cambiando de tema y tomando su mano

Le había mentido y me sentía demasiado culpable por aquello.

(...)

Luego de un rato que resultó incómodo para mí, él tuvo que irse. Por un segundo pensé que mi excusa no le había convencido

- ¿Te sientes mal? ¿Por qué no vienes conmigo? – Conocía ese tono, el tono que la gente usaba por miedo a dejarme sola y que me haga daño

- Me gustaría, pero...No quiero molestar. Y además si llego contigo se darán cuenta –

- Sería una buena oportunidad para blanquear lo nuestro – Tomó mis manos con mucha delicadeza y lo abracé.

𝐌𝐫. 𝐁𝐫𝐨𝐰𝐧𝐬𝐭𝐨𝐧𝐞 ༄ 𝗜𝘇𝘇𝘆 𝗦𝘁𝗿𝗮𝗱𝗹𝗶𝗻 ༄Donde viven las historias. Descúbrelo ahora