𝐌𝐫. 𝐁𝐫𝐨𝐰𝐧𝐬𝐭𝐨𝐧𝐞 ༄ 𝗜𝘇𝘇𝘆 𝗦𝘁𝗿𝗮𝗱𝗹𝗶𝗻 ༄

Welcome to the jungle

La hora había llegado. Me vestí toda de negro. Con guantes, unos pantalones al estilo de la década en la que estábamos, un corset y una chaqueta larga con capucha.

Tenía miedo, pero ya eran las diez y media. No podía fallar, jamás había usado esta tarjeta ni había ido con este tipo que vendía la droga. No sabía si muchas chicas compraban o por donde conseguían, así que tuve bastante miedo de que me haga algo. Nadie estaba avisado a donde iría, pero decidí arriesgarme.

Llegué allí y me adentré al callejón, vi una silueta, alguien fumando un cigarro. Al sentir mis pasos lo tiró y se encapuchó más de lo que yo estaba.

- ¿Qué quieres? – Preguntó con una voz exageradamente grave.

- Heroína. –

El chico procedió a sacar un paquete mientras yo sacaba dinero. - ¿Cuánto es? – Todo era muy cortante y "sencillo".

- Trescientos setent...- Me miró la cara, "mierda" fue lo único que se me pasó por la cabeza. No pude verle.

- ¿Isa? – Reconocí su voz y me espanté, quise correr. Tiró el paquete al piso, me tomó de los brazos y me puso contra la pared. Sacó su capucha y ahí pude reconocerlo. Era ni más ni menos que Izzy Stradlin.

- ¿Qué haces aquí y por qué quieres comprar? – Parecía enojado, estaba aterrada como para concentrarme en la poca distancia que teníamos entre sí. Su respiración chocaba con la mía.

- Izzy, me estás lastimando. – Intenté sacar sus manos de mis brazos.

- ¡NO GRITES MI NOMBRE, ESTÚPIDA! –

- ¡BIEN! – Contesté y lo miré a los ojos. – No eres quién para preguntar nada, ya veo de donde sacas el dinero para vivir. – Estaba un poco indignada y angustiada, con los ojos llorosos, pero no era quien para juzgar.

- ¿Quién carajos te mando aquí? Es muy peligroso. –

- Un chico que conocí en una fiesta, tú no estabas. – Lo miré asustada y se dio cuenta de lo que había hecho. Se alejó de mi un poco arrepentido, ahora tenía más marcas en los brazos, pero por su culpa.

- Vámonos de aquí. – Ordenó frustrado.

- Me voy sola. –

- Es peligroso. – Comencé a caminar mientras él agarraba el paquete que se le había caído.

- ¡Ya ni siquiera puedo drogarme en paz! – Grité histérica, ya estaba fuera del callejón, a punto de cruzar la calle.

- No podrías controlarte, Isadora, escucha bien lo que te digo. – Se volvió a acercar a mí un poco intimidante. – Prométeme que en esta mierda no, ya tienes otras cosas con las que lidiar. ¿Por qué esto? ¿Qué te pasó? – Preguntó preocupado.

No se lo quería decir, estaba a punto de llorar y no sabía por qué. Quería llorar por horas en sus brazos, me contuve y solté un:

- Me tomaré un taxi hasta mi casa. – Paré uno que justo pasaba.

- Vamos a casa. – Propuso.

- No, no quiero molestar. –

- Nunca me molestarías...- Su mirada se dirigió a mis labios. – Por lo menos déjame acompañarte. –

Ya que no tenía forma de escapar, acepté y ambos nos subimos al auto.

Al llegar él pagó y no me iba a despedir, se bajó.

- ¿Qué mierda haces? – Pregunté mal.

- No me hables así. Claro que me quedaré contigo. –

- Tienes trabajo que hacer. – Dije avanzando.

- Tenemos que hablar, y tenemos que hablar enserio. Nadie puede enterarse de eso. Solo Axl tiene conocimiento, si lo sabe alguno más se lo dirán a Ángela y....-

- ¡Ángela! Dios, Stradlin, lárgate de mí vista, ¡Joder! –

- ¿Pero qué carajo te pasa? –

- Quiero estar sola. – Habíamos llegado a mi casa.

- No te dejaré sola, no quiero que te hagas daño por mi culpa. –

- El mundo no rueda a tu alrededor, lindo. Ahora vete. – Le ordené, era mentira, mi mundo si rodaba a través de sus ojos.

Después de rechazarlo por completo y que me mire un poco enojado le avisé que recién lo vería el lunes o martes.

- ¡Claro! Te lo vas a pasar excelente con Brian en la universidad. – Se volvió a acercar.

- Él y yo cortamos, imbécil. –

Se quedó medio en shock. – Nadie me dice nada, mierda. Perdona...-

- Adiós, Izzy. – Le cerré la puerta en la cara y cuando sentí que sus pasos se alejaban me tiré al suelo y lloré por horas.