The millionaire waltz

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Me puse lo mejor que tenía, una camiseta blanca limpia, un chaleco que en realidad era para traje, el característico gorro (el cual dudé si llevar o no) y unos pantalones negros con cinturón.

Estaba listo y nervioso, me esforcé en verme bien porque ella siempre lo hacía. Siempre estaba perfecta, y no en el sentido de la imagen, era perfecta en sí. Siendo ella.

Bajé las escaleras, pero antes, cerré mi habitación para que nadie pudiera tener sexo en ella o robarme. Salí de ahí disimuladamente pero apurado, ya eran casi las doce y estaba seguro de que seguiría despierta.

Supongo que nadie me vio salir, encendí un cigarro y caminé hasta su casa, pasando por todo el Sunset mientras algunas prostitutas intentaban hablarme. No me interesaba, solo la quería a ella. Estaba bastante cerca de llegar ya que había tomado un atajo, los nervios se hicieron cada vez más presentes a medida que estaba más cerca suyo

Narra Isadora

No había estudiado nada, absolutamente nada. Eso me tenía muy levemente preocupada, pensaba en Izzy, en Axl, en que había sido un poco injusto ignorar a los chicos y ni siquiera mirarlo, en cuanto quería abrazarlo ahora. En si se había drogado hoy, en si ahora estaba con otra mujer... ¿Qué digo? Él no haría eso.

Me senté en uno de los sofás, ideando cortarme de nuevo y frustrada por el dolor que estaría sintiendo Iz. Quería ir a verlo, lo necesitaba a mi lado.

Donde me había colocado, daba justo de perfil a la ventana. Mi vista periférica no me falló, vi como alguien se había quedado ahí, mirando, pero yo estaba tan inmersa en mis pensamientos y había acabado de llorar que no le di importancia. La música de fondo daba perfecto con el ambiente, "Merry Go Round" de Mötley Crüe.

Alguien tocó la puerta, la miré por un rato y me observé a mí misma. Lo único desastroso era mi cara, seguía vestida aún. Fui a abrir y no me esperaba el rostro que vería

- ¿Izzy? – Pregunté muy angustiada, mis ojos, no sé por qué, se llenaron de lágrimas otra vez. Me lancé a abrazarlo y me escondí en su pecho, me causaba dolor que se hiciera daño.

- Tranquila linda, estoy aquí. No me iré. – Fue como si me hubiera leído la mente, no estaba enojada con él, solo quería protegerlo y cuidarlo.

Lo miré con los ojos apagados, su aroma varonil pero especial me hizo no poder evitar besarlo, lo besé casi con desesperación, él me lo siguió, por supuesto, mientras una lágrima caía por mis mejillas. Lo notó y la secó con dulzura, sus manos ahora se posaban sobre mi rostro, acariciándolo.

Terminamos riéndonos de no sé qué, no había nada para reírse. Se veía tan bien con ese gorro y aquella camisa.

- ¿Cómo haces para siempre verte tan hermoso? – Le invité a pasar y cerré la puerta.

- Me pongo lindo para ti – Observó mi casa – El lugar en el que vivimos es una pocilga al lado de esto –

- Vente a vivir conmigo entonces – Lo abracé por la espalda y dejé un par de besos en su hombro. Me tomó del mentón y volvió a besarme. De un momento a otro estaba tocando su cabello y él no sacaba sus manos de mi cintura. Quería que este momento durara para siempre.

Apagué la música y le invité un café.

No nos decíamos mucho, simplemente nos mirábamos. Me senté a su lado y tiré mi cuello para atrás.

- Debemos hablar – Soltó, yo asentí y volví a dirigir mi vista hacia él, un poco preocupada. Se volteó hacia mí, quedando mucho más cerca, acarició mi cabello

𝐌𝐫. 𝐁𝐫𝐨𝐰𝐧𝐬𝐭𝐨𝐧𝐞 ༄ 𝗜𝘇𝘇𝘆 𝗦𝘁𝗿𝗮𝗱𝗹𝗶𝗻 ༄Donde viven las historias. Descúbrelo ahora