Este es un omegaverse diferente, los omegas son la clase alta y los alfas lo más bajo de la cadena.
Hwang Hyunjin un alfa pobre con la inocencia de un niño no puede evitar observar al bonito omega de su clase Lee Felix, sabe que jamás lo tendrá o es...
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Caliente, se sentía caliente, el aire que de sus labios salía era tibio y podía estremecerse solo con aquel aroma que estaba en la habitación, abrió los ojos solo para darse cuenta que quien estaba en celo no era él, si no el alfa, su olor había llegado a su habitación, salió rápidamente, no sin antes taparse la boca y ponerse un supresor, entonces entró y lo vió bañado en sudor, encogido en la cama, sus orejas habían salido al igual que su cola, el alfa no respondió cuando le habló.
Habían pasado dos días desde que Felix se fue, sus padres le dijeron a Jeongin que arreglarían el asunto con él y que perdonara la ofensa, pero Jeongin no tenía nada que perdonar, después de todo había besado a alguien que no era su prometido en su propia casa, entendía la hostilidad de Hyunjin.
Se quedó en aquellos días con Hyunjin, he hicieron como que el beso jamás pasó, aunque quería resolver lo sucedido, el alfa escapaba de él, entonces llegó esa mañana donde le vió revolcarse en las sábanas con las orejas de fuera y las mejillas rojas, cerró la puerta y tragó saliva antes de llamarle a Felix.
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El hermoso omega de bellos y delicados rasgos, tenía puesto un suéter celeste y una gorra del mismo color, estaba mirando a la ventana preguntándose si era correcto ir o no al departamento, ya no estaba molesto, ahora estaba avergonzado, se había comportado de aquella forma vergonzosa frente a su futuro esposo y la imagen de Hyunjin llorando no se iba de su cabeza.
Bajó del auto y se encamino a la puerta, había que hacer algo, después de todo, los supresores para alfas no existen, sus celos no duran más de tres días y son igual de dolorosos a los de un omega, pero a diferencia de ellos, no hay cómo aliviarlos, más que encerrarlos hasta que terminen, esto es porque son alfas, una simple máquinas de cruza y nada más.
―¿Cómo está? ―preguntó Felix a Jeongin que estaba aún en pijama.
―No sé, solo puedo escuchar quejarse, pero no puedo entrar.
―Quería traer a Seungmin a revisarlo, pero se negó ―dijo Felix, el silencio reinó, pero antes de decir algo, el de cabello oscuro miró al otro.
