𝑴𝒊 𝑸𝒖𝒆𝒓𝒊𝒅𝒐 𝑶𝒎𝒆𝒈𝒂 | 𝑯𝒚𝒖𝒏𝒍𝒊𝒙 ⁽ᵒᵐᵉᵍᵃᵛᵉʳˢᵉ⁾

Ya no soy el de ayer.

Ojalá pudiese volver a su vientre y nacer omega, que su padre sea un fino abogado que al llegar a casa acaricie su cabello, desearía que su madre fuese una bonita beta, de esas elegantes que salen en las revistas de cosméticos, con largos y finos cabellos deslizándose en sus costados, con fina ropa, donde él pudiese hundir su nariz cada vez que el miedo le gobernara, ojalá tuviese unos brazos donde refugiarse en ese momento.

Hyunjin siempre estaba solo, aún con una madre, él no tenía a nadie y su situación que había mejorado meses atrás, ahora era un tormento, por que es mejor ser pobre siempre, a serlo, conocer la gloria y luego volverlo a ser.

No se referia a esa lujosa casa o a aquella comida casera que la ama de llaves preparaba cada mañana, ni siquiera le importaba esa bonita y acojinable cama con aroma a limón, Hyunjin extrañaba las nobles manos, la voz serena y el fino cabello rubio de su amado omega.

Verlo en la escuela era lo peor, no podía acercarse, no debía, estaba cumpliendo su palabra, pero se preguntaba hasta qué punto podría resistirlo, Felix estaba con ese beta al que despreciaba y por primera vez en su vida, sentía el impulso insano de marcar el cuello de Felix para que Jisung ya no pudiese tocarle.

Y luego estaba “eso”, una sensación de malestar que oprimía su pecho de vez en cuando, entonces, al ir a la cama escuchaba una voz que le llamaba, que le rogaba ayudarle, abrasarle y consentirle.

“Dame un nombre” pedía el desconocido.

Hyunjin no creía en fantasmas, pero si en la diosa luna, sabía que si existía entonces no iba a permitir que su pobre y puro omega sufriera y le rogaba todas las noches por su bienestar, no había más que decir.

Le agradeció todo, el que estuviese viviendo solo, aún en aquel barrio marginado, pero solo, que sus padres le ayudarán con sus estudios y que al final el señor Christopher le prometiera un trabajo decente, se preguntaba como Felix había convencido a sus padres de darle todos esos favores, pero no iba a preguntar, en su lugar agradeció en silencio.

Aunque Felix jamás fuera suyo, de verdad quería verlo feliz, pero la opresión en su pecho solo le hacía ver que quizá el omega no se la estaba pasando bien y sumado a esto, el omega había faltado varias semanas a la escuela.

Hundido en sus pensamientos la puerta fue tocada, no había quien le visitara, por lo que espió por la rejilla de la puerta y su boca casi se desencajó por la persona que estaba ahí.

—Hola Hyunjin, ¿cómo has estado?.

—¿Qué haces aquí Jeongin?, es peligroso, podrías morir aquí —Hyunjin no exageraba, en el lugar vivían varios alfas, que no eran como él, eran brutos y no dudarían en tocar a un omega tan bello como el chico de cabellos negros frente a él.

—No vine solo —sonrió y Hyunjin estaba más asustado que asombrado ahora.

Seungmin el menor de los hermanos Lee estaba detrás de él.

—Estoy bastante confundido —habló el alfa.

—No hay nada que no puedas entender idiota —dijo el menor de los tres.

—No seas grosero —dijo Jeongin.

—Yo, pensé que te habías ido —preguntó al pelinegro.

—En eso estaba, pero —hizo una pausa —este lugar me agrada, además, después de romper el compromiso, mis padres no querrán verme así que decidí pasarla bien en lo que ellos encuentran a otro omega para mi.

Hyunjin miró a Seungmin.

—Bueno, Felix es lindo y claro que iba a protegerlo de un asqueroso al- —se pauso al sentir los ojos furiosos del omega —Felix y yo nos volvimos amigos y vine a acompañarlo, además, ya no eres un enemigo para mi y mi hyung así que me das un tanto igual ahora.

—Un... ¿enemigo?.

—Sabes de lo que hablo, ahora que mi hermano está... —Jeongin se apresuró a interrumpir al beta, no iba a dejar salir el secreto de Felix, por mucho que le doliera o pensara que estaba mal ocultar algo así.

—Está saliendo con Jisung —aclaró, Seungmin afortunadamente era distraído por lo que dirigió su conversación a otra parte.

—Entonces ¿vas a ser una basura siempre o vas a hacer algo de ti? —el beta chilló ante el codazo que el omega le propinó.

—¿A qué te refieres?.

Jeongin lo miró, no era mentira que estaba fascinado con el alfa, más que un gorila, era como un cachorro, lindo, adorable, masticable y...

—Hay una ley que esta a punto de ser aprobada, pero necesitan testigos, alfas que demuestren que son capaces de razonar y no solo de pensar en sexo.

—¿Para qué sirve? —dijo Hyunjin.

—Es una carta que el gobierno otorga a los alfas, con esa carta podrás trabajar con las misma oportunidades de un beta, claro, siempre que cumplas la ley.

Hyunjin abrió los ojos, lo sabía, había visto aquello en el periódico, pero no le tomo importancia, una marcha, una votación, una portada de periódico, quizá no lo noto por que no le importaba, pero ahora, sabía que podía estar a lado de Felix si lo intentaba lo suficiente.

¿Podía cierto?.

—Gracias Jeongin —habló el alfa.

—Oh, no fuí yo, fue Seungmin el que lo descubrió —Hyunjin miró al beta asombrado.

—No me mires así, no lo hago por ti, solo... Felix estaba preocupado.

Mintió... pero claro, Seungmin no iba a decir sus razones.