Este es un omegaverse diferente, los omegas son la clase alta y los alfas lo más bajo de la cadena.
Hwang Hyunjin un alfa pobre con la inocencia de un niño no puede evitar observar al bonito omega de su clase Lee Felix, sabe que jamás lo tendrá o es...
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Reencuentro.
Unos pies pequeños se sacudían en el asiento trasero del automóvil, se movía de un costado al otro dejando entrar los rayos de luz de la mañana calurosa de ese verano.
El pequeño iba vestido de marinero, sus ojos grandes y brillantes miraban hacia afuera emocionado por el nuevo paisaje que se le presentaba tanto así que soltó la paleta que sostenía en las manos sobre su ropa.
—Bebé, te dije que cuidaras cuando comías, ahora tendré que cambiarte antes de que veas a tu papá —una voz familiar le llama desde el asiento delantero y el pequeño sonríe.
—¿Papi? —dice emocionado pues es lo único que sus labios pequeños saben pronunciar, tan solo tiene un año y medio.
—Si papi está esperándonos —le dice alegre el chófer del auto abriendo la ventana para que el viento entre y no enfermar al pequeño con aire acondicionado.
Suspira alegre, al fin verá a la persona que ama y se muerde el labio ilusionado, en cuanto él le ha llamado empacó cuanto pudo en su coche, ropa, juguetes, biberones y uno que otro traje de baño también, con la esperanza de descansar en la piscina de la casa.
El bebé ha estado quieto durante el viaje, se ha dormido al pasar algunas horas y le ve con ternura desde el espejo retrovisor esperando que no se despierte en lo que queda del viaje.
Divisa emocionado la casa, una gran cabaña de dos pisos con un mirador a una alberca grande y techada, no recuerda que estuviese así de linda la última vez por lo que emocionado acelera un poco, pero solo un poco más para ver a aquel que tanto ama.
El coche se estaciona y no baja nada más que el bebé, cree que se caerá de la emoción, hace meses que no le ve.
—Cielos ¿qué sucede?, vas a caerte —le dice una voz suave y hasta algo burlona en la entrada.
—¿Dónde está él? —dice buscando con su nariz su aroma.
—En la cocina, insistió en que quería prepararte tu comida favorita pero no terminó a tiempo al parecer —rió entre dientes viendo la culpa del contrario dibujarse en su rostro.
—Yo solo quería verle de una vez —dijo avergonzado por no avisar sobre que estaba cerca.
—Deja que lo cargue y ve tú a buscarlo —ríe emocionado recibiendo al pequeño en brazos que ahora tiene un pijama de estrellas.
El chico corre adentro y encuentra a una espalda ancha y un cabello oscuro tratando de remediar el desastre de una olla, ve su sudor caer...puede oler su sudor caer y ríe emocionado porque él no puede sentirlo.
—Amor, puede que no te huela pero te veo en el reflejo de la olla —le dice el hombre frente a él y no puede evitar estarse rojo hasta las narices.
—No me gusta cuando arruinas el momento Seungmin —le dice amargado y con un puchero, entonces el beta corre a abrazarle y restriega su nariz en su cuello.
