𝗧𝗛𝗘 𝗪𝗔𝗟𝗞𝗜𝗡𝗚 𝗗𝗘𝗔𝗗 - Blake 1

𝑪𝒂𝒑𝒊́𝒕𝒖𝒍𝒐 𝟏𝟒

Adiós, amiga

Blake esperaba en el porche a Beth, pasaba mucho tiempo con los Green, pero más con la joven rubia. Quizás por qué era la más chica de edad entre Maggie y ella, o por que le recordaba a Amy de algún modo.

La niña volteó cuando sintió a alguien sentarse por un lado, pero no era más que Carl.

— ¿Qué haces aquí?

— Vine a verte.

— Vaya milagro. —soltó, cruzándose de brazos— No te e visto muy seguido. Hasta olvidé que existías.

— No seas así, Blake. Quería pasar tiempo contigo, pero cuando no estaba en clases con mi papá, tú estabas metida en la casa con las hijas de Hershel. —se defendió.

— ¿Clases? ¿Clases de qué?

Carl suspiró— Papá nos está enseñando a mi y a los demás a disparar.

— ¿Rick te dejó practicar tiro? —preguntó, notablemente dolida.

Asintió.

El hombre se lo había prohibido a ella y sabía que era "por su bien", no había armado un alboroto por que no quería sumarle problemas al líder, pero la decepcionó saber que a Carl si se lo había permitido. Qué lo llevara todos los días a enseñarle a disparar, le dolió por que ella también quería hacerlo, pero más que nada, quería compartir ese momento con el ex sheriff.

— Pensé que lo sabias. —dijo confundido.

— Si lo hubiera sabido habría ido con ustedes. Pero nadie me dijo. Nunca me dicen —dijo con un bufido.

— Pronto te enseñarán, lo sé, papá dijo que iba a hablar contigo.

Pues ya no quiero que me enseñe.

— De echo ayer vino a buscarte.

Ella lo sabía. Escuchó toda la discusión de Rick y Hershel el día anterior. No había vuelto al campamento y Rick no volvió a ir por ella. Eso le había dolido. Hershel aún sabiendo que ella estaba al tanto de todo, no le comentó nada.

Y Blake...Blake no sabía si quería quedarse o irse. Y el pensar en dudarlo, la hacía sentir una horrible persona. ¿Dónde quedaba la lealtad hacía su grupo?

— Si...Si lo vi.

— ¿Habló contigo?

— No, no hubo oportunidad. —dijo, perdida en su mente— Carl..—el niño la miró dándole toda su atención— Si..si yo..Si nos separáramos y fuera mi decisión, ¿me odiarías?

El pecoso la observó extrañado por tal pregunta y situación que ponía. Lo meditó por unos segundos pero en vez de contestar, preguntó:

— ¿Quieres irte?

Yo no soy la que se va...

Son ustedes, pero de cualquier forma no me veo capaz de abandonarlos.

— No, quiero permanecer juntos.