Catorce.

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Al día siguiente, por la tarde casi noche, seguía muy nublado y más helado el clima. No había llovido en horas pero probablemente no tardaba en avecinarse una tormenta. Olía a humedad y a tierra mojada.

Anoche había dormido en el auto. Muy poco. Y me había levantado antes del amanecer. Conduje hasta el supermercado más cercano y almorcé por ahí. Necesitaba ducharme pero aún no resolvía que iba a hacer conmigo misma.

Carter había dejado de llamar y yo me sentía aliviada, pero al mismo tiempo me aterraba pensar en que podría estar haciendo. Más que temor a que me hiciera daño, me daba temor que se hiciese daño a si mismo.

En este preciso momento, estaba en mi cafetería favorita. Sentada bebiendo café y esperando a que llegase mi compañía para proseguir con la comida.

Cuatro minutos después de la hora acordada, las puertas se abrieron y la silueta entró en el lugar. El cabello le tambaleaba de un lado al otro y se veía bastante relajada. Bastante fresca y a decir verdad, satisfecha. Como si hubiese logrado su cometido.

Se sentó en el otro extremo de la pequeña mesa y cruzó ambas manos por encima de ella. Mirandome siempre a los ojos.

"Me sorprende que hayas querido verme" murmuró con naturaleza. Su voz tenía un toque de profundidad y elegancia que me transportaban a la misma noche en la que la conocí. La misma noche en la que me embrujó.

"Me sorprende la naturalidad con la que andas por ahí" respondí. "Tan despreocupada de ser una criminal de una y mil maneras diferentes"

Ella sonrío, mostrandome sus grandes y blancos dientes. Como un felino enseñando los colmillos. Luego se recargó en su respaldo.

"Podría decir que se necesita de uno para reconocer al otro" respondió y contuvo una risa.

"Bueno, debiste ser más precavida si tan lista te crees"

"Gwen, si me 'atrapaste'" hizo las comillas con los dedos "es por que así lo quise"

Alcé una ceja.

"El juego ya había llegado a dónde quería que llegará. Digo sí, tenía un plan B por si tardabas más en darte cuenta pero igual, hasta eso estaba planeado"

Me aclaré la garganta.

"Literalmente al salir del hotel, conduje hasta la ciudad solo para ir a un seven-eleven y hacer tiempo en lo que husmeabas en la habitación...de la cual deje la ventana abierta" dijo riendo. "¿Crees que después de planear todo tan meliculosamente iba a delatarme una ventana mal cerrada?"

"No estoy entendiendo"

"Claramente" respondió. "Déjame empezar por...lo que seguramente no recuerdas"

Ella alzó una mano y el mesero vino a la mesa. Le sirvió un café y enseguida prosiguió.

"La noche en que nos conocimos...realmente no planeaba conocer a nadie dicha noche"

A medida que ella narraba las cosas, desde su perspectiva, mi mente iba aclarandose y recordandolas, desde la mía.

"Pensaba solo beber algo y luego volver a mi triste apartamento. Sabes...las personas suelen juzgar fácilmente a los demás. Y no hablo solo del aspecto negativo que todos conocemos. Sino, cuándo conocen a alguien que se ha graduado, que tiene un buen trabajo y que vive en un cómo departamento, asumen que tienen la vida resuelta y que se encuentran satisfechas" le dio un sorbo a su taza, con una sonrisa burlona dibujada de lado a lado " pero nunca es así. Creéme cuando lo digo, nadie esta satisfecho con su propia vida. Ni siquiera los que lo 'tienen todo'"

Debajo de su Almohada.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora