Cuatro.

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Ayer por la noche, antes de que Teresa se fuese a la casa de su madre, no pude evitar preguntarle por Emily. ¿Cómo iba su búsqueda? ¿Alguna noticia? ¿Nada?, pero parecía que todo iba igual. Sin noticias, sin novedades, sin movimiento.

Y hoy al amanecer, fue ella lo primero que vino a mi mente. Y a decir verdad estaba confundida respecto a cómo debía sentirme. ¿Cómo se supone que debía pensar? ¿Reaccionar? ¿Sentir?, una mujer hermosa con la que me involucre sexualmente (mi primer experiencia con una mujer, nota importante) a la que vagamente le había roto el corazón al decirle que iba a casarme a la mañana siguiente de nuestro encuentro sexual, ahora estaba desaparecida. No era un vínculo lo suficientemente real o fuerte para sentirme realmente mortificada. Pero, había algo ahí. Emily me había cautivado desde el primer instante en que la conocí. Con sus maneras de hablar, sus ademanes, sus pensamientos. Su elegancia, su hedor, su magnetismo. Y era...era cómo una conjetura de todo lo que yo siempre había querido ser y todo lo que odiaba al mismo tiempo.

Una mujer libre, sin ataduras, sin prejuicios. Y además que te robaba el aliento.

Durante toda la mañana, luego de que Carter se fue al trabajo y de confirmar que las cortinas de mi vecino seguían cerradas, decidí llevar mi taza de café humeante a mi estudio. Y abrir la computadora para realmente indagar en la situación de Emily. Visite los sitios web principales de su búsqueda. Leí el número al que debías llamar si la veías o sabías algo sobre ella. El correo, la página de instagram e incluso los tuits sobre ello. Tuits dónde se quejaban sobre las desapariciones en aumento en Albuquerque. Incluso el hashtag principal era: DESAPARECIDA O ASESINADA.

Cosa que me revolvía el estómago. Pero seguía leyendo a pesar de ello; con las gafas empañadas por el vapor del café.

Entonces di con el video de su madre, la señora Robinson, pidiendo que ayuden a encontrar a su hija lo más pronto posible. Un video recién posteado el día de ayer.

"Por favor. Han pasado...ocho días. Nueve, perdón. Nueve días. ¿Pueden imaginarse el sentir de una madre al saber que han pasado tantas horas con su hija desaparecida?, yo...no puedo hacer nada más que imaginarme lo peor."

Me llevé la mano al pecho. Podía imaginarme cuáles eran sus pensamientos.

La mujer era parecida a Emily, con un rubio sucio y un rostro con pómulos prominentes.

"Emily siempre fue una muchacha pacífica. Siempre metida en sus asuntos, buscando lo más llevadero para su vida. Lo más tranquilo. Ella no merece esto, por favor, ayudenme a encontrarla con vida. Y si tú eres...tú quién me esta viendo, tu te llevaste a mi hija, por favor, ten misericordia. Ten empatía"

Suspiré al finalizar el video. Ahora me sentía verdaderamente con la piel de gallina.

Nueve días desde ayer...cómo dijo la señora Robinson, eran los días que yo llevaba desde haber regresado de Albuquerque.

Emily había desaparecido el mismo día, en el que la acompañe por la mañana.

Cerré las pestañas de los múltiples sitios web y me recargué en el respaldo del asiento.

¿Dónde esta Emily? Era la pregunta que me navegaba por la mente. Y los miles pensamientos que venían acompañados eran perturbadores. Un hombre secuestrandola, violandola, asesinandola. Su cuerpo tal vez en un basurero. En un río.

Sacudí la cabeza para ahuyentarlos.

No quería creer que ese era el destino de la hermosa mujer con la que había estado. Y no quería seguir recordando su rostro desencajado de la mañana misma en la que le rompí las ilusiones.

Debajo de su Almohada.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora