Ángel terciopelado.

Capítulo 15.

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  Marinette estaba por bajar a su encuentro con su amigo cuando la trampilla que servía de puerta se movió suavemente.
  Nadie había preguntado si podía pasar por lo que aquella situación era evidentemente para entrar sin aviso y asustarla. Corrió sigilosa y velozmente hasta colocarse detrás de la rampilla observando divertida como aquella cabellera rubia se asomaba con cautela.
  Agachada detrás de la trampilla logro eludir la visión del rubio que entraba sigilosamente en la habitación sin mirar atrás. Su mirada estaba fija en la rampilla que llevaba a la terraza pensando que la chica estaba arriba y con la intención de esconderse a tiempo si la rampilla de abría.
  Marinette reía hacia sus adentros mirando como el despistado chico caminaba con lentitud en direccion de las escaleras que lo llevarían a la terraza sin percatarse que era observado.

-  Deberías ser espía.

  Él se crispó para luego girarse sorprendido por la voz a sus espaldas.

-  Nadie te vería llegar.

  Se burlaba ella mientras un sutil sonrojo se asomaba en las mejillas del chico.

-  ¿Me estuviste viendo desde el inicio?
-  Cada paso. -ella se cruzó de brazos.
-  Debí verme muy tonto, ¿No? - dijo él mientras se rascaba la nuca.

  Aquella reacción de su parte fue tan natural que fue adorable.
  Ahora era Marinette quién se sonrojaba pensando en las reacciones que solo ella podía observar.

-  En fin. Adrien, la próxima vez llama. Podría estar cambiándome.
-  Sí, lo siento. Veo que estabas tomando un baño.

  De no haber sido por su comentario, ni siquiera se habría percatado de que su cabello goteaba sobre sus hombros y que su apuro por asistir al encuentro con el chico le había hecho olvidar que el traje protegía su ropa pero no su cabello.

-  S-sí, por lo mismo lo digo.

  Corrió hasta la silla de su escritorio donde descansaba su toalla. La colocó sobre su cabeza y se giró a ver al chico el cual ya estaba a un escaso paso de ella.
  Sorprendida y nerviosa fue lenta para reaccionar cuando el chico colocó sus manos alrededor de su cabeza para luego usar la toalla y frotar con delicadeza los cabellos de la chica.
  Él la miraba a los ojos y ella miraba directo a los de él. Marinette había soñado hace mucho con este tipo de cercanía pero nunca pensó que fuera posible. Lo inesperado la llenaba de dificultades. Respirar era una agonía. Su respiración se había vuelto tan lenta que empezaba a faltarle el aíre pero los ojos del chico la transportaban a un lugar lejano de su propia vida. Era tan ajena a lo que ocurría que olvidaba como respirar. Él se inclinó un poco mientras ella se perdía más y más con cada centímetro que se perdía entre ellos dos.
  Suavemente sus labios rozaron los de ella logrando en ella una fuerte inhalación antes de quedar pasmada y olvidar soltar el aíre.

-  Mary...

  Un estruendoso trueno le hizo recobrar la consciencia. La luz había entrado a su habitación pero él estruendo no consiguió alejarla ni un solo milímetro del chico.
  Sus pulmones le exigían a ella con desesperacion que renovara el aire en ellos pero ella, con todo su esfuerzo y pese a las lagrimas que escapaban de sus ojos a causa de la ausencia de oxígeno, controló su respiración para no perderse de tal contacto con el chico.

-  ... no sé lo que me ocurre. - dijo él alejándose lentamente.

  Ella colocó sus manos alrededor del rostro del rubio y se inclinó sobre sus besos.
  Un simple beso de labios les hizo sentir una corriente que recorrió sus cuerpos despertando ciertas emociones que nunca antes habían sentido. Se sentían turbios y exaltados; una fusión entre agrado y confusión.
  Un nuevo trueno hizo retumbar el cielo asustando a la chica.