Capítulo 4

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Era viernes y ya había caído la noche y Marinette se encontraba acostada en su balcón comiendo un litro de helado de cereza y con una cobija cubriéndole de la fría noche. Tikki estaba durmiendo, y no era para menos después del día que habían tenido que pasar. Volverse la nueva guardiana de los miraculous, la pérdida del maestro fu y pelear contra Cloe Burgeous no era algo fácil de digerir. Ella también debería estar durmiendo pero no podía, el cansancio no se sobreponía a su nerviosismo.

Tikki le había contado que al marcharse Chat Noir hace 3 noches había un akuma esperando afuera, que no escapo de Chat ni se acercó a ella y eso implicaba que Howk Moth sabía de la visita de Chat Noir y por ende podía especular sobre su otra identidad. Marinette no pudo ocultarle más a Tikki sobre la purificación del akuma hacia una semana y por lo que supuso que el akuma no se acercó porque solo la estaban vigilando. Tikki la regaño por no haberlo dicho para haberlo consultado con el maestro Fu antes. A pesar de ello, la situación se prestó para contarle a Tikki de su descabellada solución. Sabía que solo con una situación como esa Tikki aceptaría aquel plan. Claro que el plan lo venía armando tras recuperarse de una crisis nerviosa tras purgar un akuma con solo tocarlo.

Y ahora se hallaba ahí, acostada en su tumbona, comiendo helado e intentando mantenerse firme pues todavía sentía temor a lo próximo que pudiera ocurrirle a ella misma o a cualquiera en esa situación.

Debía decir que temía por dos razones: ser atacada y ser descubierta. Dadas las circunstancias no podía siquiera dormir tranquila pero ya había hecho los arreglos necesarios y su plan empezaba durante la mañana por lo que se sentía más nerviosa de lo normal.

Las nubes empezaron a correrse y el brillo de la luna a su espalda le advirtió de su discreto acompañante al reflejar su sombra en el piso de la terraza.

- Chat Noir, sé que estas ahí. -soltó en un suspiro.

- ¿Cómo lo supiste? -preguntó saltando hacía ella.

- La luna esta de mi lado, creo. -intentó bromear.

El chico se acercó un poco a ella para luego acuclillarse cerca de la tumbona donde esta se hallaba recostada. Ella lo miró un segundo para luego sacar de atrás de ella un litro de helado de chocolate el cual ofreció a Chat Noir quien la miro sorprendido tras identificar el objeto.

- ¿Qué?

- Gracias por preocuparte.

- No hay razón. -dijo aceptando el presente. -. ¿Te importa si te acompaño? -preguntó tomando asiento en el suelo.

- Para nada. -se subió un poco más al respaldo del mueble y recogió sus piernas dándole espacio al héroe. -. Chat. -palmeó el lugar.

- Gracias.

Él se levantó del suelo y se sentó al lado de ella. Destapó el helado y sin esperar Marinette le extendió una cucharilla que reposaba en una bandeja de donde mismo había tomado el helado.

- ¿Acaso me esperabas princesa? -jugueteó.

- Supuse que vendrías.

Juntó a Tikki asumió que Chat Noir la cuidaría si pensaba que por su culpa Howk Moth la asociaba con Lady Bug.

Estuvieron hablando de tonterías hasta pasada la media noche. Había pasado más de una hora desde que el helado se había acabado pero eso no importaba. Saltaron y jugaron con las ocurrencias del momento. Rieron y bromearon hasta que se dejaron caer uno al lado del otro en el frio suelo de yeso del balcón. Estaban cansados y el sueño empezaba a golpearlos. Se habían sumergido en un silencio agradable del que parecieron no aburrirse. Ella estaba por proponer el final de aquella velada pero fue interrumpida.

Ángel terciopelado.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora