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—Disculpa el desorden... —Dijo Taichi al entrar a su casa

Touma entró a la casa de Tai, admirándola, era un monoambiente realmente espacioso. Un mueble grande separaba la cama del comedor y la cocina, tenía un gran balcón que tenía una linda vista al vecindario que era regularmente transitado. La casa no estaba desordenada, estaba más ordenada que la casa de Touma. El rubio rió dejando las bolsas en la mesa.

—¿De qué te ríes? —miró con interrogación a Touma, entrecerrando los ojos.

—Si para tí esto es un desordenado, entonces mi casa es un desastre —bromeó Touma, el pelinegro sonrió y negó con la cabeza.

—Bueno, voy al baño. —Dijo Tai entrando al baño.

Touma caminó por la casa, viendo las fotos que se encontraban en el mueble que separaba la cama de Tai, habían libros y algunos mangas, figuras de acción y fotografías, eran fotos del pelinegro con sus padres, cuando se recibió de la universidad, y fotos de la secundaria. Sonrió al ver la foto de ellos dos cuando eran pequeños, era bueno saber que Tai lo tenía presente.

Escuchó a Tai salir del baño, secándose Las manos que se había lavado.

—¿Que mirás? —Preguntó Tai al verlo cerca de su mueble.

—Tus fotos... —Respondió Touma sonriendo. — También veo que tienes bastantes figuras de acción.

—A-ah sí... —Touma sonrió al ver como el pelinegro se sonrojaba. —Bueno, comencemos, ya quiero comer.

Touma lo siguió hacia la cocina. Tai sacó las cosas necesarias para hacer la comida.

—Perfecto, haremos pasta casera, saca la harina y la levadura está en la heladera. —Indicó Taichi mientras obsrvaba la receta en su celular.

Touma hacia lo que le indicaba Tai, como si fuera un perro, pero él estaba feliz.
Los dos empezaron a hacer la masa para la pasta, se habían dividido la masa para despues estirarla y cortarla. En la televisión estaban dando una caricatura que era la favorita de Tai.

Touma estaba del otro lado de la mesada, aún amasando la masa, debés en cuando miraba la televisión, o levantaba la mirada para encontrarse a Tai riendo a carcajadas por la caricatura.

Touma sonrió inconscientemente, sintiendo su corazón latir efusivamente.

Ambos ya habían terminado de estirar la masa, entonces empezaron a cortarla dejando un largo fideo.

—Nos salió bien —dice Touma viendo el fideo que Tai observaba.

—A tí, mira los míos —ambos voltearon a ver los fideos que Tai había cortado, que a duras penas estaban unidos. —Siempre tienes que ser tan bueno en todo.

Touma rió a carcajadas, Tai se quedó observandolo, sonriendo. Sintiendo un pequeño sentimiento en su pecho... Felicidad.

—B-bueno, vamos con la salsa, el agua ya hirvió rapido pon los fideos —Dijo Tai, yendo por lo que les faltaría a la salsa.

Touma colocó la pasta en el agua, echándole sal al mismo tiempo.

—Corta la cebolla, yo cortaré lo demás —Dice Tai.

Ambos quedan en silencio mientras hacen lo que deben hacer, Touma cortaba las cebollas como Tai le había pedido.

—¿Por qué no hablas? —preguntó Tai. —me pones nervioso.

El rubio rió y negó. Lo miró a los ojos y sonrió, Tai se sintió aún más nervioso.

—Porque estoy tranquilo —Respondió con una sonrisa tímida.

Te amo || Taichi y ToumaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora