Te amo || Taichi y Touma

Especial de San Valentín

Taichi caminó despacio hasta la puerta del apartamento de Touma. Esperaba que él no se encontrara en casa y pudiera esperarlo ahí con las cosas que tenía preparadas. En caso de que estuviera ahí, sorprenderlo.

Entró cuidadosamente con su llave, no se escuchaba nada. Al entrar, lo primero que se encontró fue un gran desastre en la mesa y piso. El gatito negro jugaba con un moño que al parecer se había enganchado en sus garras.

El pelinegro ayudó al gato a sacarla.
Se levantó lentamente del piso con el gato en brazos, observando el desastre de la mesa. Estaba lleno de pegamento, agujas, hilos y algunas telas. Observó corazones recortados y esparcidos por la mesa. A demás, un pequeño ramo de flores de tela roja se encontraba ahí.

—¡Woah! —Exclamó la voz de Touma al ver a su novio observando el desastre que había causado antes de que viniera.

Tai se sobresaltó haciendo que el gato escapara de él. Se dió vuelta para observar a su pateja.
Touma tenía una toalla al rededor de sus caderas. Tai rápidamente se dió vuelta de nuevo, sintiendo su rostro caliente y rojizo, cerrando sus ojos y apretando los labios.

—¡¿Que... Qué hacés aquí?! —Indagó Touma alzando la voz.

—¡E-es San Valentín! —Respondió Taichi aún con los ojos cerrados.

—¡Pero habíamos dicho que nos veríamos a las 8 y son las 7 con 25!

—¡S-solo quería sorprenderte! ¡L-lo siento! ¡Ya cambiate por favor! —Gritó Taichi realmente avergonzado.

Unos cuantos segundos de silencio despues, Touma empezó a reírse.
Tai sintió como se acercaba detrás de él, la mano de Touma volteo a Taichi.
El pelinegro evitó la mirada a toda costa.

El dedo índice de Touma elevó el mentón de Taichi para que lo mirase. Sus ojos se encontraron y el rubio no evitó sonreír.

—Es lindo pero creo que arruinaste mi sorpresa. —habló Touma viendo los labios de Taichi y sonriéndole.

Tai apartó las manos de Touma y bufó.
—Perdón...

—No te preocupes...

Touma se acercó hacía los labios de Tai y le dió un beso lento y tierno.
Se miraron de nuevo a los ojos, Touma sonriendo y Tai embobado.

—Igualmente ese no era todo el regalo. —Susurró Touma en los labios de Taichi.

El pelinegro tragó saliva y corrió su cara.
—Mejor vete a cambiar. —Dijo Taichi aclarándose la garganta.

Touma sonrió más no dijo nada. Al rato salió y Taichi ya había ordenado todo.

—No hacía falta —Dijo Touma refiriéndose al orden.

—Sí hacía falta —Dijo Taichi que estaba sentado en el sofa.

—¿podrías ir a mi habitación? —Preguntó Touma. El pelinegro lo miró confundido. —Es que así puedo preparar bien tu sorpresa.

Tai suspiró y asintió, dirigiéndose a la habitación de Touma y encerrándose ahí, junto a la bolsa con los regalos para Touma.

No era mucho, había comprado 1kg de helado del sabor favorito de Touma, algunas flores de tela que había comprado en una tienda, creía que era mejor de tela para que duraran mucho tiempo y no se marchiten.
Un guante de beisbol y una pequeña foto que se tomaron ellos hace unos meses.

Esperaba que le guste. Touma abrió la puerta de la habitación y pidió que Tai lo acompañara.
Al salir y dirigirse a la sala de estar, en la mesita había una caja cuadrada pequeña, un gran ramo de rosas de tela, y una bandeja con una gran merienda salada y dulce.