Capítulo 8: Un par de idiotas (parte 1).
Rápidamente sacó su arma, dispuesto acabar con todo de una vez. Alarmada corrió y comenzó a forcejear con él mientras le gritaba que se detuviera, Heller no imaginaba que la chica tuviera tanta fuerza.
—Ágatha... sólo lo diré una vez, ¡¡apartate.de.mi.camino!!
—¡¡Estamos en plena vía pública señor Heller!! ¡¿Acaso esta buscando problemas!?
—¡Él me los dió a mí!
Rocky sólo miraba asustado mientras se toma su nariz sangrante. El de lentes golpeó a la chica, con la intención de apartarla y poder cumplir con su objetivo. Pero la muy terca le empujó y comenzó de nuevo a luchar con él, en uno de esos intentos casi le dispara a Rocky, intentó que hábilmente esquivó, pero alguien no del todo.
El disparo resonó por todo el paisaje, el silencio se abrió paso, era tan espeso a pesar de escuchar trino de las aves y la fuerte brisa que levantaba hojas y polvo ante su imponente paso. El brotar de la sangre y el chirriante pitido que le dejó sin audición, hizo que los presentes se alamaran ante el grotesco resultado. Rocky le sacudió los hombros en busca de algún tipo reacción, con dificultad, lentamente iba recuperando el sentido, y la ira también.
—¡¿Pero acaso eres tonto o te pegan en casa...!?
[•••]
6 horas antes
Llega la mañana a la ciudad de Saint Louis. Ágatha da un largo bostezo y se estira como puede en el rudimentario sofá, se cubre la cara con un cojín intentando bloquear la luz y volver a dormir. Claro lo haría si no tuviera una jaqueca de esas que levantan a los borrachos.
La felina de manchas suelta un quejido ante el dolor punzante, se dirige a la cocina en busca de agua en la nevera de donde se sirve un vaso entero, se lo bebe como si su vida dependiera de ello y al cerrar se asusta al encontrar a Nicodeme mirándola y comiendo una galleta.
—¡Buenos días princesa! Tienes el sueño realmente pesado.
—Buenos... días.
—La próxima vez que termines de esa forma, voy a lanzarte por la ventana. Tenlo seguro.
Ágatha escuchaba confundida mientras se masajea las sienes debido a el dolor ¿que hizo por la noche para terminar en ese estado?
—De... acuerdo.
—Ya para Nicodeme, tu intento de conversación está haciendo que su dolor de cabeza aumente.
—Gracias por el consejo hermana, —Habló de mala gana dándole un mordisco a su galleta. La de ojos color celeste levantó una ceja y sólo se limitó a dar la vuelta y dirigirse a la otra parte de la sala. —Tu padre está en la ciudad encargándose de algunas cosas, dijo que regresaría más tarde. —Se adelantó antes de que la gata preguntase algo al respecto. Con las dudas aclaradas se enfocó en mitigar su dolencia, la chica sentía que en cualquier momento vomitaría. El sonido de la estufa encenderse llamó la atención de el felino cajún, pero en especial, Ágatha.
—¿Sabes cocinar?
—¿Cómo crees que ha sobrevivido todo este tiempo? —Nicodeme bromeó mirando a el de lentes usando un delantal y batiendo unos huevos, Mordecai sigue con su tarea sin prestarle atención. —Y tú pequeño lirio, ¿Sabes cocinar?
—Por supuesto que sé cocinar, sólo que ahora no estoy en condiciones. —Aclaró llevándose las manos a la cabeza intentando alejar un poco el dolor, Mordecai suspira fastidiado.
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Lirios Rojos.
FanficAgatha se muda a una nueva ciudad, para encontrar algo de tranquilidad en un tormentoso viaje y tener un poco de paz, pero sus planes se verán interrumpidos al enterarse de los negocios ilegales de su padre. En un intento de salvarlo a él acepta un...