Capítulo 10: Captura la bandera.
Sus pesados ojos se abrieron lentamente, la poca luz que había no le permitía ver bien. Se levantó como pudo para ver que ya era de noche y la lluvia caía sobre ella.
¿Quien la dejo aquí? Era un misterio.
Pensar en lo que pudiera haber pasado después de la altercado en el puente hacia que le doliera aún más la cabeza. A sus pies, logró observar una mojada nota, que se encontraba algo sucia por el lodo, pero se podía leer perfectamente lo que contenía aquel pedazo de papel.
<<Roncas mucho y dejaste mi auto hecho un desastre, te he dejado a mitad de camino, ya sabes como llegar; espero que la lluvia no sea un problema.
ATTE: Mordecai Heller.>>
El ojo de Ágatha le dió un pequeño tic.
El muy desgraciado le había dejado en medio de la nada, pensó. Pero es no era prioridad, ya encontraría una oportunidad para vengarse. Siguió caminando por el fango sólo por unos metros, por que sus zapatos se hundieron de tal modo que terminó en el suelo.
La chica optó por quitarse los tacones y caminar descalza a través del fango. Frente a ella, se encontraba una pendiente, por la cual sería imposible subir sin terminar más sucia y sobre todo cansada.
Ágatha suspiró derrotada y continuó avanzando en dirección hacia la colina, en busca de algún tipo de orientación, algo que la pudiese llevar a casa.
Un rayo iluminó por un momento el paisaje, seguido de un estruendoso trueno que hizo gritar a la gata, quién se cayó debido al susto.
-¡Maldición! Necesito ponerme bajo un techo cuanto antes ¡Un rayo podría alcanzarme!
Las gotas se volvieron aún más gruesas, la joven corrió los más rápido que pudo, claro si no se estuviese cayendo todo el tiempo gracias al fango.
Al llegar a la cima se encontró en con lo último que quisiera encontrar: una serpiente. Ágatha gritó a todo pulmón y caminó hacia atrás, y de nuevo cayó cuesta abajo rodando como un barril.
El reptil se acercó veloz. Sus colores brillantes le recordaban a algo, o mejor dicho, a alguien. La extraña combinación de blanco, verde, rojo y toques de dorado brillaban cada vez que un rayo caía. Pero lo más extraño apareció cuando la serpiente empezó a hablar. No importaba cuanto retrocediera, ni cuanta ayuda pidiera, el reptil se acercaba amenazante, hablando con voz indefinida.
-Un lirio será pisoteado por los que dicen estar junto a ella, encontrarás lealtad con quien menos esperas y la traición de quien más confías, la muerte y la miseria espera a los pobres desdichados.
-¡No se de que estas hablando, aléjate de mí!
-¿Qué te sucede Ágatha? ¡Despierta!
-¡¿Papá?! -Exclamó confundida mientras retrocedía y algunas veces perdía el equilibrio, pero no caía al suelo. El reptil asintió mientras seguía aproximándose.
-Si cariño soy yo, despierta.
-¿Qué está sucediendo...? -Sin saber como ni cuando, Ágatha cayó a el vacío, todo se volvía oscuro mientras sus gritos se perdían en la penumbra.
[•••]
Sus ojos se abrieron asustados y miraron hacia todos lados, su respiración era agitada, gotas de sudor frío recorrían su frente. Siguió mirando a su alrededor, para distinguir a tres personas: a Serafine, Mordecai y a su padre.
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Lirios Rojos.
Hayran KurguAgatha se muda a una nueva ciudad, para encontrar algo de tranquilidad en un tormentoso viaje y tener un poco de paz, pero sus planes se verán interrumpidos al enterarse de los negocios ilegales de su padre. En un intento de salvarlo a él acepta un...