# Aquí exploramos el contenido descartado del ship Max x Bibi, dos personajes de Brawl Stars. A través de incorrect quotes, one-shots y líneas alternativas, nos sumergimos en escenarios y situaciones que nunca será parte de mis otras historias :v
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El dormitorio estaba sumido en una tenue penumbra, apenas iluminado por la luz que se filtraba por las cortinas entreabiertas. El aire estaba cargado de tensión y en el centro de la habitación se encontraba Maxine, una velocista estrella en ascenso, sosteniendo su teléfono en sus manos.
De repente, la puerta se abrió de golpe, revelando la figura imponente de Surge, el hermano mayor de Max y estrella del basquetbol. Sus ojos fijos en el teléfono, se acercó con paso decidido, emanando una mezcla de diversión y autoridad. La velocista levantó la mirada, encontrándose con la mirada retadora de Surge.
- ¡Hey, bro! ¿No crees que estás exagerando un poco?.- Intentó romper el hielo Max, con una sonrisa juguetona en el rostro.
Surge no se dejó influir por la respuesta de su hermana menor y, en cambio, se plantó frente a ella como una muralla infranqueable. Levantó una ceja, dedicándole una mirada seria y firme, oculta en sus lentes oscuros.
- ¡Exagerando! No, no, no. Es mi deber como hermano mayor asegurarme de que cumplas con tus castigos. Y recordemos que el castigo es porque estás saliendo con esa delincuente pandillera rompe reglas.
La sonrisa de Max se desvaneció ante las palabras de Surge, pero su actitud irreverente permaneció intacta.
- Fue solo una pequeña travesura, hermano. Además, Bibs no es tan mala como crees.
Indiferente a las argumentaciones de Max, decidió tomar medidas drásticas en un intento de poner fin a la relación que tanto le preocupaba. Sin mediar palabras, Surge extendió su brazo y arrebató el cargador del teléfono de Max de la mesita de noche, manteniéndolo entre sus dedos como un trofeo de guerra.
El rostro de Max se llenó de sorpresa y desesperación. Estaba atónita frente a la astucia de su hermano, incapaz de creer que la situación hubiera escalado tan rápido.
- ¡Oye, espera! ¿Qué chispas estás haciendo?.- Su voz exhibía una mezcla de súplica y preocupación.
Disfrutando de la situación, Surge no pudo evitar esbozar una sonrisa maliciosa y contestó con tono burlón.
- Tomando el control de la situación, mi querida hermanita. A partir de ahora, este cargador se encuentra bajo mi custodia.
Max, sintiendo cómo la desesperación se apoderaba de su ser en la medida en que la batería de su teléfono se agotaba lentamente, miró a Surge con ojos suplicantes, pero no obtuvo más que risas inmisericordes a cambio.
- Creo que estás subestimando mi capacidad para ser un hermano mayor insufrible. Esa batería se agotará lentamente hasta que tu teléfono se apague. Y solo entonces te darás cuenta de que debes terminar con Bibi y reconsiderar tus decisiones.- Advirtió Surge con tono de superioridad.
Abrumada por la realidad de la situación, Max suspiró derrotada. Aceptando su derrota momentánea, dejó caer el teléfono en la cama y vio cómo su hermano salía triunfante de la habitación, dejándola sola para enfrentar las consecuencias de sus acciones.
Pero justo cuando la resignación comenzaba a apoderarse de ella, la puerta del dormitorio volvió a abrirse. Megan, la figura de una hermana menor prodigio en ingeniería mecánica, entró en la habitación con un cargador en la mano. Su rostro irradiaba una sonrisa traviesa y una chispa de complicidad.
- ¿Buscabas esto, Maxi?.- Dijo Megan con un tanto de complicidad en su timbre de voz.
La expresión de Max se iluminó al instante. Parecía como si el destino hubiera enviado a su salvadora en el momento preciso.
- ¡Meg! Eres mi salvadora.- Exclamó Max, su voz rebosante de gratitud.
Surge, que aún se encontraba en el umbral de la puerta, cruzó los brazos en actitud de desaprobación. Pero Meg lo ignoró por completo y se acercó a Max, conectando el cargador al teléfono con manos expertas.
- No puedo resistirme a ayudar a mi hermana mayor favorita.- Dijo Megan, riendo entre dientes mientras el rostro de Max se iluminaba con una mezcla de sorpresa y gratitud.
Max y Megan ríen, en un acto de complicidad y resiliencia, mientras Surge observaba, frustrado pero incapaz de esconder la diversión que se dibujaba en su rostro.
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