Esas hermosas cartas que él va a atesorar con su vida, no había manera que una chica le pudieses llegar tanto al corazón, solo había un problema. la identidad de aquella misteriosa joven era un misterio total.
De aquella chica sólo sabía que le gust...
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Uzui sentía un dolor de cabeza, dejó el nombre que creyó en el buzón, sabiendo que esa chica no iba a decirle las cosas así por así, pero debía intentarlo; un nombre de una chica del departamento de literatura, según le escribió en las cartas, debía ser ella. Kuromi Sashi. Dejó el papel en su buzón y recogió la carta que la chica le había enviado esa tarde. Sin contenerse la abrió, aquello le parecía una rutina que se había recreado pero en aquella primera semana pretendía encontrar a la chica detrás de aquellas cartas.
Estimado Uzui-san:
¡Me encontré un trébol de cuatro ojas! Dicen que dan suerte así que lo guardé para usarlo de marcapáginas en un libro nuevo que me compré y pensé que tal vez los nuevos suceso de mi vida estén encadenados a la suerte. Lo sé, algo ridículo pero es mi manera para creerme todo lo que me está pasando, primero que todo no quiero entrar en muchos detalles porque andamos jugando un juego sobre si me descubres o no; por eso trataré de entrar en contacto lo menos con usted, dado a que soy una persona muy competitiva mis hermanos gemelos lo tienen muy en claro.
Le he de decir que fue una semana agotadora la pasada, llena de estrés y casos que resolver, muchas tareas de la escuela demás que le andaba resolviendo a mi hermano un problema que surgió, nada grave, pero ya sabe como es mi hermano según lo que ha leído en mis cartas. Siento que todo lo que hago actualmente está dando resultados y me sabe tan delicioso como el café latte special que me tomo todas las mañanas, levantarse con una sonrisa y seguir el día a día, eso es lo que haré esta semana.
Espero poder ver la pintura en su exposición de arte, anda comentando toda la universidad que será una pasada y sinceramente quiero poder ver su arte, porque no solo soy admiradora de usted, también me gusta su trabajo desde el primer cuadro que hizo. Los colores me captaron y pude notar que solo la extravagancia no resaltaba, tenía un lado profundo que me gustaría comentar con usted frente a frente algún día. Así que sin más que decir.
Se despide esperando ver su siguiente obra,
L.
Uzui terminó de leer aquella carta y sintió más deseos de terminar el cuadro que iba a presentar, cierto que aquel cuadro del arcoiris en la puesta de sol estaba bastante bonito, pero su cuadro resaltaría si lo tuviera a ella de modelo, a Risu. Recordaba el día que la vio sacando aquellas foto, fue un momento mágico que aún hacía cosquillas en cada parte de su cuerpo.
—Qué hace de mí esa chica. —Se dirigió hacia el lienzo que tenía en aquella habitación donde se dedicaba a sus obras, un artista siempre tendría un cuarto así, se preguntaba si su amiga por correspondencia también.
No le dio muchas vueltas al asunto y se centró en su maravillosa obra, aquella chica sosteniendo la cámara mientras miraba por el lente, pensaba en cada detalle de la fotografía mental que poseía su mente, en los detalles del cielo al cual la chica sacaba fotos, en los pequeños detalles que albergaban cada parte de su existencia solo con cerrar los ojos podía evocar en su mente el mismo lugar, él dibujando y ella en sus fotografías. En aquel cuaderno de dibujo en el cual enmarcó la pose con algunos detalles que pudo coger antes de que huyera, huyera de él que solo quería conocerla.
