07. Importante para mí

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Los dos rubios estaban caminando por la calle, Kenneth tenía ambas manos en los bolsillos de su abrigo, mientras Phillip se aferraba a él cómo si tuviera miedo de perderse cómo niño en la plaza estatal.

-¿Qué haremos? -Preguntó el de ojos color mar, Kenny realmente no sabía a dónde ir.

-Pensé que iríamos a visitar a Bebe. -Contestó Phillip.

-Hm.. Visitemos a Butters.

-¿Quién es "Butters"? ¿Tu novio?

-Aún no, pero quizá en algún futuro no muy lejano.

Phillip solamente sonrió, sintiéndose feliz por que Kenneth había conocido a alguien con quién pasar el resto de sus días, pero si él seguía molestando a Damien cómo ahora. realmente no duraría mucho.

-¿De casualidad Butters es rubio?

-Claro que sí.

-¿Por qué todos somos rubios? ¿Los de otro color de pelo son ahora cómo los albinos? Hay mucha gente rubia por estos lares...

-Solo has salido de la mansión por dos días y ya andas juzgando medio mundo.

Las bromas continuaron, convirtiendo el momento mucho más divertido, hasta que Kenny se detuvo, detuvo sus palabras de un momento a otro al ver un chico también rubio vestido de celeste, fuera de un local, tomando Té de menta mientras leía un libro.

Phillip giró su mirada a Kenneth, quién ahora estaba ruborizado, todo su cuerpo temblaba y la voz se le trabó.

-¡Es él! -Dijo Phillip con entusiasmo. -¡Realmente estás enamorado!

Estaba a punto de caminar para socializar con ese otro rubiecito, pero... Kenneth lo detuvo, tomándolo de sus mechones de cabello, de forma de molestarlo.

-¡Shush! ¡Le prometí a Leo que nos veríamos en la biblioteca municipal!

-Pero está ahí en frente... ¿Nervioso?

-Es nuestra primera "cita" pero él no sabe que es una cita y...

-Ya, para tu dramatismo me hubiera quedado en casa junto al amo.

-¡Cállate, es importante para mí!

-Solamente vé con él y háblale... Yo quiero irme a casa con el amo, creo que recuerdo el camino...

Kenneth iba a denegar, pero era verdad que también podía ponerse muy romántica la cosa con su cita, decidió darle la bendición a Phillip con un beso suave en la frente y una tirada de mejillas, dejandolas rojas y con el de ojos claros algo molesto.

-Agh... Bien, bien, me voy. -Comentó Phillip, acariciándose sus mejillas para aliviar el dolor, devolviéndose por el camino en el cuál había venido... La calle se sentía fría en su totalidad, pero ya no sentía tanto frío cómo antes.

Aquel de piel pálida caminaba mientras miraba el paisaje lleno de nieve del lugar, estaba feliz de poder hacer eso por su cuenta, pero no podía negar que le hubiera gustado regresar junto a Kenneth, para seguir bromeando sobre Damien y quizá conocer más de ese socio tan apegado a Damien que siempre vestía de naranja y nunca se le escuchaban bien los diálogos, a aquel otro rubio amiguito.

Caminó por la acera, arrastrando los pies sobre la nieve cuál niño pequeño, el ver aquella pieza blanca ser removida le causaba cierta felicidad.

Él encontraba felicidad en las cosas simples.

Cómo caminar por el parque mientras nieva, mirar la chimenea y sentir el calorcito que emanaba de las brasas al arder, o pasar tiempo con la persona de ojos carmesí que lo acogió en su vivienda dándole la oportunidad de ser libre de una vez.

No Merezco Tu Piedad || DipDonde viven las historias. Descúbrelo ahora