Durante las aclamadas vacaciones de verano, Cellbit de la noche a la mañana se mudó, fue una gran sorpresa para él ya que no había prestado atención a sus padres cuando le notificaron de ello. Al llegar conoce a Roier, un joven de su misma edad que...
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Roier POV
Yo estaba bien a gusto en el segundo piso de mi casita del árbol, hasta que escuché una oración que capaz ni estaba en español, eso me puso los nervios de punta, parecía ser portugués o algo así, agarré la escoba vieja que me permitieron llevar a mi humilde casita, y listo para defenderme por si me venían a asaltar o los de la panadería venían a cobrarme lo que les debía, bajé rápidamente por las escaleras, pero sin hacer ningún ruido, ahí lo miré, un wey que nunca había visto antes, invadiendo mi propiedad, dejándome llevar por la adrenalina que me corría por las venas, grité como todo un guerrero, y le aventé un escobazo con todas mis fuerzas posibles, quien sabía si era un terrorista.
Pero... Creo que me sobrepasé, y del susto grité como nunca antes, pero de una forma completamente masculina, ahora, en el piso de lo que me permito llamar el recibidor de mi casa, estaba tendido boca abajo un chico que no era mucho más viejo que yo, le calculo mi misma edad o un poco más, vestía una camisa de botones color verde musgo, unos pantalones marrones hasta la rodilla, unos botines no tan altos, y en su cabeza traía unos binoculares o algo así, su cabello era largo y parecía sedoso y bien cuidado, en sus piernas tenía raspones, de sus bolsillos sobresalían un par de audífonos de cable y en su mano tenía una libreta marrón, algo curioso que también noté fueron sus uñas pintadas de negro, "¿Ahora que hago con este men?", Pensé con el puño en la boca, con mi pie le di un toque en la pierna a ver si se movía o algo, creo que lo maté.
Con algo de esfuerzo lo cargué hasta uno de mis puffs, estaba inconsciente, porque todavía respiraba, intenté despertarlo repetidas veces, pero no reaccionaba, supongo que debía darle su tiempo, nunca desmayé a nadie, de seguro fueron mis encantos junto con el golpe. Recordé aquella libreta marrón, tal vez ahí tenía anotado su nombre, fuí a recogerla y la abrí, en la primera página estaba anotado el nombre de Cellbit Lange y un pequeño dibujo suyo, se había capturado bien, le sabe a los dibujos.
Este tal Cellbit dibuja bien pinche lindo, mayormente dibuja paisajes como lagos y bosques, también dibuja gatos y perros, muy poco dibuja gente, pero casi siempre eran 4 chicos, pasé un poco más las páginas y en una esquina había una frase, no le entendí ni madres, creo estos eran o son sus amigos, porque el también aparece en un que otro dibujo con ellos. Seguí pasando páginas hasta encontrar uno sin terminar, era un lago en medio de un bosque, sabía que era de hoy por tener la fecha en una esquina, le estaba quedando de puta madre, hasta que escuché algo de movimiento y un par de quejidos, rápidamente cerré la libreta, la lancé a la mesa y corrí a ver a Cellbit.
Me pare al frente suyo, pude escucharlo quejarse nuevamente y con una de sus manos frotar el lugar del golpe, después de admirar sus dibujos y reír un poco con sus apuntes a pesar de casi no entender, sentía remordimiento de haberle metido un putazo a la cabeza de la nada, empezó a abrir los ojos, eran color azul claro, cristalinos y brillantes, los abrió lentamente y luego de golpe al notar mi presencia, creo que lo espanté.
