Durante las aclamadas vacaciones de verano, Cellbit de la noche a la mañana se mudó, fue una gran sorpresa para él ya que no había prestado atención a sus padres cuando le notificaron de ello. Al llegar conoce a Roier, un joven de su misma edad que...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Roier POV
Estaba lloviendo fuertemente, como si el cielo leyera mis emociones tan tormentosas, Leo me abrazaba mientras intentaba controlarme, nos encontrábamos frente a la tumba de mi perrito, mi pobre perrito, el no se merecía esto, todos los días lo extraño, añoro su compañía. Pero esta vez algo cambió, ¿Que hacía Cellbit ahí? El también miraba hacía abajo como el resto, lo miré, y con una de sus manos limpió mis lágrimas, me miró a los ojos, y con una voz cálida me habló.
- Ya no tienes que volver a llorar, yo ya estoy aquí. - Su mano se sentía suave sobre mis mejillas pegajosas de tantas lágrimas. - Perdón por llegar tarde. - Me sonrió algo apenado.
¿Perdón por llegar tarde?
Me confundí bastante con su última frase, me desperté y vi la hora, 2 de la mañana, nada inusual, ese evento había ocurrido 1 año atrás, y mi mente me lo seguía recordando como si hubiese sido la semana pasada, solo que la semana pasada en términos realistas conocí a Cellbo, es alguien muy agradable, parece ser serio, pero cuando lo conoces tiene un gran corazón y es una persona gentil y considerada, miré por la ventana y estaba lloviendo suavecito, las farolas de luz de tanto la carretera como el patio daban un ambiente muy lindo allá afuera, ni papá, ni dad se iban a dar cuenta si salía a dar un pequeño paseo, me abrigué, tomé mis pinceles, mi celular, no sin antes ponerlo en un lugar de mi sudadera en el que se que no se mojara, y con cuidado salí por la ventana, toda mi casa estaba en un piso, no me iba a dañar mucho si me caía, pero de todas maneras, no lo hice.
Caminé lentamente sobre las brillantes gotas de lluvia, parecía ser toda una lluvia de luz gracias a la iluminación, traía la capucha abajo, no me importaba sentir en frío y reconfortante aire de la madrugada en mi rostro, claro que iba a tener ojeras luego, tal vez un resfriado, pero eso no me importa ni lo más mínimo, subí las escaleras con cuidado de no resbalarme, prendí las luces de mi preciosa "base guapita" como me gusta decirle, coloqué un lienzo en su taburete, y me dediqué a hacer un par de bocetos con un lápiz 2B para que no se notara mucho cuando colocara encima las acuarelas, era un rostro sin dueño.
Pero recordé a Cellbit, sinceramente, tenía un aspecto digno de una pequeña pintura, mis memorias con él son frescas, y también muy buenas, así que no me fue muy difícil dibujarlo, me pareció divertido dibujar su cabello, es mi parte favorita de mis dibujos, junto con la iluminación de los ojos, ver como esa mirada azul cobra vida va a ser entretenido, cuando el boceto me convenció, busqué el pincel y los colores correctos para comenzar a darle color a su rostro, un color piel algo pálido para su cara, un café claro mezclado con amarillo es perfecto para su cabello, y un azul celeste más que suficiente para sus ojos, retoqué un poco con sombras, luces, y detalles para que no se viera pálido como la llorona, claro, siempre con cuidado de no ensuciar mi ropa, y al ver la hora eran las 3:30 de la madrugada, usualmente no tardaba más de 30 minutos en terminar una de mis obras, si es que así podía llamarles, pero esta vez si que me esforcé por que quedara algo bueno, y no me quejo del resultado.
