Durante las aclamadas vacaciones de verano, Cellbit de la noche a la mañana se mudó, fue una gran sorpresa para él ya que no había prestado atención a sus padres cuando le notificaron de ello. Al llegar conoce a Roier, un joven de su misma edad que...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Cellbit POV
Estaba acostado en mi cama, mirando el techo con indiferencia al punto de casi dormir, cuando una vibración me llama la atención, volteo con los ojos algo cansados a ver por que vibraba mi celular y me encuentro con un par de mensajes nuevos de un número desconocido. Luego de leerlos con detenimiento una sonrisa inconscientemente se dibuja en mis labios, Roier encontró mi carta, rápidamente escribí mi respuesta, y comenzamos a charlar como normalmente hacemos, una y otra vez, broma tras broma, chiste tras chiste.
Al final quedamos en vernos en el lugar de siempre, la casa de madera en la que nos conocimos, en esas cuatro paredes de madera había reído como nunca antes, ya fuera junto a Roier o a cualquiera de sus múltiples amigos, reunirnos ahí era ya una tradición del día a día que no podía esperar a que llegara. Antes de apagar la pantalla, guardé su número, cuando el pequeño mensaje que decía "Se ha agregado a Roier a tu lista de contactos" se mostró en la pantalla, ya pude apagar la pantalla y dirigirme a la casita.
En el corto camino canté un pequeño trozo de una canción cualquiera, hasta que al llegar me topé con el castaño.
- Que curioso, llegamos al mismo tiempo. - Reí un poco.
- Ya parecemos uno, no me sorprendería que mañana llegáramos vestidos igual. - Bromeó Roier, ambos solo pudimos reír. - Bueno, los gatinhos primero. - Hizo una pequeña reverencia, yo solo me reí, aunque sentía un pequeño cosquilleo cada vez que me llamaba así.
Al subir todo estaba tal cual la última vez, luces navideñas colgando por ahí, el par de puffs en el mismo lugar de siempre, la mesa que estaba casi vacía, y un par de hojas en el suelo, yo solo me limité a tomar asiento mientras esperaba a Roier, hasta que llegó a los pocos segundos, y tomó asiento a mi lado, mirando el techo, haciendo una mueca de fastidio.
- Consideremos este nuestro último día bueno por los siguientes tres meses, Cell. - Anunció con indiferencia, sabía con exactitud a lo que se refería, por lo que suspiré con pesadez.
- Ni me lo menciones, si antes me despertaba a las seis, ahora tengo que hacerlo a las cinco y media. - Me hundí más en el asiento sabiendo que muy probablemente me quedaría dormido en clase más de una vez. - Y contamos también que no nos veremos seguido. - Pude ver como Roier hizo una mirada de perrito triste.
- ¿No te olvidarás de mi, verdad? - Preguntó algo dramático, no pude evitar recordar a Forever cuando me dijo eso mismo ya hace un tiempo, sonreí y alboroté su cabello.
- Claro que no, tu ya me eres inolvidable. - Después de todo, era verdad, pensaba que me quedaría solo en este sitio la primera vez que llegué, pero Roi llegó de la nada y me hizo sentir que siempre voy a tener a alguien que me acompañe no importa a donde vaya. - Tenlo en mente siempre.
