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"¿Te gusta alguien, Dominik?".

Estaba dando vueltas en la cama mientras intentaba conciliar el sueño, pero estaba fracasando miserablemente.

No podía sacarme la sexy voz de Tom de la cabeza.

¿Qué me estaba pasando?.

Me dijo apenas unas cuantas palabras.

¿Por qué moría de ganas de volver a oír su voz?.

Tan pronto colgó, subí a mi habitación para revisar mi computadora.

Se había desconectado de: Wattpad, así que esperé, mientras conversaba con otros amigos de ahí, pero nunca se volvió a conectar.

No tuve otra opción que irme a dormir; tenía clases al día siguiente y ya era más de medianoche.

Sin embargo, por culpa de mis malos hábitos de sueño, estaba recostada, boca arriba, con los ojos bien abiertos.

Gruñí de la frustración, me enderecé y me tallé los ojos.

Mi estómago rugió con fuerza, y entonces me di cuenta de que ni siquiera había probado la cena que mamá me dejó en el microondas.

Bajé las piernas de la cama y me levanté poco a poco.

De camino a la puerta, me pregunté qué estaría haciendo Georg.

Lo había dejado en el sofá después de hecharle encima unas cobijas.

No me agradaba, pero eso no significaba que lo dejaría morir congelado en mi propia sala.

Crucé el pasillo y pasé frente a la puerta del baño.

De inmediato recordé la imagen de Bill desnudo.

¡Cielos!, ¿Podría algún día borrarlo de mi memoria?.

Deseaba que mi mente fuera como una computadora que me permitiera borrar todos los recuerdos incómodos e innecesarios con un botón.

Por fortuna, Bill se había ido tan pronto terminó de bañarse.

Supuse que no estaba listo para enfrentar la incomodidad de la situación.

Vamos, lo vi desnudo.

Era de madrugada y yo parecía un zombie:

La falta de sueño me estaba matando las neuronas en un proceso lento, pero constante.

Bajé las escaleras lo más despacio posible, pero al legar a la sala, encontré a Georg acostado en el sofá, mirando su celular y escuchando música.

La tele estaba apagada, así que la habitación estaba casi a oscuras.

Cuando Georg me volteó a ver, esbozó una sonrisa divertida.

-Si planeabas seducirme, hubieras elegido algo distinto a esa pijama tan fea.

Y comentó para reirse entre dientes.

-Lo que tú digas...

Le declaré y entré a la cocina.

Sé que mis pijamas no eran sensuales, pero estaba en mi casa y podía usar lo que yo quisiera.

Él era el intruso, no yo.

Seguía preguntándome por qué ese idiota había terminado durmiendo en mi casa.

𝗺𝘆 𝘄𝗮𝘁𝘁𝗽𝗮𝗱 𝗹𝗼𝘃𝗲 © [𝗔𝗗𝗔𝗣𝗧𝗔𝗗𝗔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora