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"Georg Listing".

La chica que tenía entre mis brazos gimió muy cerca de mi boca.

-¡Oh, Georg!.

En lugar de excitarme, tuvo el efecto contrario.

Su voz estridente parecía el chirrido de unas uñas arañando un pizarrón.

La besé con fuerza para intentar silenciar su molesta voz, pero a cambio obtuve un gimoteo escandaloso.

Lo ignoré mientras sus ávidas manos se deslizaban por debajo de mi camiseta para acariciarme el abdomen bajo.

La tenía acorralada contra el muro de azulejo del baño.

No me acordaba de su nombre, pero daba lo mismo.

La acababa de conocer hacía unos minutos en la fiesta, cuando mi desconsiderada compañera me abandonó.

Dominik...

Siempre que pensaba en ella me enfurecía un poco.

Esa diablilla de ojos azules sabía cómo hacerme rabiar.

Recuerdo lo bonita que se veía al salir de su casa con su camisa azul y sus jeans negros.

No se parecía en nada a las chicas con quien yo solía estar, pero tenía otra cosa.

Era inocente.

No sé, por qué sentía la necesidad de protegerla, como si fuera una frágil figura de porcelana que se pudiera romper con facilidad.

¿Figura de porcelana?, ¿Ahora soy mi abuela?.

En fin, cuando llegamos a la fiesta de Helen fuí a buscarnos tragos para molestarlo al recordarle la vez que Melissa le tiró encima un vaso.

Imaginen mi sorpresa cuando volví y la vi hablando con el engendro ese de Wattpad.

Luego se fueron, supongo que porque necesitaban más privacidad.

Esa pequeña...

Nadie me bota.

Yo soy Georg Listing.

Yo boto a la gente.

Apreté el vaso de plástico con tanta fuerza que el vodka me escurrió entre los dedos.

Dominik no parecía valorar el hecho de que prefería estar con ella en lugar de buscar una chica fácil con quien pasar la noche.

Estaba portándome bien y nadie parecía valorarlo, así que al diablo mi bondad.

Decidí que seduciría a alguien y que me relajaría entre las piernas de esta hermosa chica.

-Besas tan bien...

Me susurró la chica con voz áspera.

-Dime algo que no sepa. -contesté.

Ella sonrió y me jaló del cabello para besarme de nuevo.

Sabía a vodka barato y chicle de menta.

Besarla no me estaba encantando, así que dejé sus labios para besarle el cuello mientras manoseaba sus senos.

Siempre me han gustado los senos, así que tocar los suyos estaba teniendo el efecto deseado.

-¡Georg!.

La voz de Gustav entró al baño y me hizo retroceder de un salto.

-¿Qué te pasa, hermano?. -¡Me asustaste!. -exclamé.

𝗺𝘆 𝘄𝗮𝘁𝘁𝗽𝗮𝗱 𝗹𝗼𝘃𝗲 ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora