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"Señorita Evans, ¿Puedo hablar con usted un momento?".

El viernes llego y temía la última clase con Tom.

Durante los últimos días, me había tratado con indiferencia.

Tom ni siquiera me había mirado, se había mantenido muy profesional.

Sólo me hablaba cuando era estrictamente necesario, yo solo era otra estudiante y pues, la verdad, su indiferencia dolía.

¿Cuándo íbamos a hablar de nosotros?.

Bueno si es que todavía había un nosotros.

Me mataba tenerlo a mí alrededor y no poder tocarlo ni ver su sonrisa ni la linda manera en la que sus ojos brillaban cuando él me miraba.

Yo lo amaba y lo único que quería cada vez que miraba era besarlo hasta quedarme sin aire.

Eso era todo lo que había querido hacer durante los últimos días.

Caminé dentro del aula y Linda ya estaba allí con: "Mike", nuestro nuevo amigo.

Mike era muy agradable, él era un chico bajito, flaco, con el pelo ordenado y ojos negros.

Llevaba gafas bien lindas, que lo hacían lucir como uno de esos bonitos nerds de: "Tumblr".

Linda agitó su mano frente a mí, le di una sonrisa la boca cerrada.

-Por fin estas aquí.

Y exclamó, señalando el asiento frente a ella para que me sentara.

Obedecí, asintiendo con la cabeza a Mike a modo de saludo.

Él asintió con la cabeza.

-Estábamos hablando sobre ir a: "La Sirena", después de la clase, ¿Qué te parece?.

Y sonaba muy emocionada al respecto.

"La sirena" era un nuevo club cerca de la plaza principal de la ciudad.

Todo el mundo estaba hablando de ese club, era el lugar de moda en: "Crookwell" después que el verano había terminado.

-No estoy segura...

Yp dudé, ir a un club no estaba en mi lista de deseos de la noche.

-Además, sigo siendo menor de edad, cumpliré dieciocho el mes que viene.

-No es un problema. -Mike intervino. -Mi tío es dueño del lugar, puedes entrar sin problema.

Y la emoción de Linda parecía ser contagiosa.

-¡Vamos!. -gritó Linda, sonriéndome. -Va a ser divertido, tienes que dejar de actuar como si alguien hubiese asesinado a tu mascota y se la hubiera comido, necesitas relajarte y tomarte las cosas con calma.

Me mordí el labio inferior.

-No sé.

-Por favor, Dominik.

Linda me miró con ojos de cachorrito.

-Voy a pensarlo. -le prometí.

Linda gimió.

-Eso es un no indirecto.

Mike se sentó en mi mesa.

-¿Alguna vez has estado en un club?.

La pregunta hizo que bajara mi mirada, avergonzada.

-No.

-¿Hablas encerio?.

𝗺𝘆 𝘄𝗮𝘁𝘁𝗽𝗮𝗱 𝗹𝗼𝘃𝗲 ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora