Un lobo que odia su destino, por una maldición compartida... un hechizo que se termina cuando la Luna azul hace de las suyas y una vida que cambia cuando menos se lo esperan.
-¿Sigue dormido?- preguntaba Singto, que entraba a la habitación de su hermano menor.
-¿Habías visto esa marca?- decía Krist señalando la espalda de Fluke.
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-Eso es nuevo... pero no parece ser un tatuaje...
-Es la marca de la Luna- decía Prem que acababa de entrar- Eso quiere decir que él es uno de los elegidos.
-Te acercaste a él no por casualidad ¿cierto?
-Así como su pareja tiene su guardián... Fluke tiene el suyo... y ese soy yo- sonriendo.
-¿Lo protegerás?
-No... lo entrenaré...- dejando sorprendidos a Krist y Singto.
Admirando la brisa del mar que tenía frente a él, Fluke sentía el agua y la arena tocar sus pies, sentía un leve hormigueo en su espalda y esa voz que en un sueño anterior escuchó.
-¿Qué es lo que quieres de mí?- intentando calmar su agitado corazón.
-Un destino unido por una maldición, un lobo y un fénix sus almas unirán, su poder oculto en su interior destruirá la oscuridad de raíz.
-¿Qué oscuridad?
-Una oscuridad que amenaza con eliminar la paz que conoces... únete al lobo y libera tu poder... mi dulce mago.
-¿Acaso Ohm será ese lobo?
-Eso sólo la Luna azul te lo revelará.
-¡Espera!- despertando de golpe, cayendo de la cama- ¡Mierda! Eso dolió- tocando su trasero.
Entre un denso bosque, en donde apenas la luz de la Luna se podía percibir, un alfa puro caminaba con cautela, era la primera vez que soñaba con ese lugar y a pesar de la oscuridad, le traía una paz, muy similar a la que su pequeño asistente le bridaba con su peculiar personalidad.
-¿En dónde estoy?
-En un lugar en donde encontrarás la verdad- decía alguien susurrando a sus espaldas, pero que al dar la vuelta no encontraba a nadie.
-¿Quién eres?
-Soy aquel que te ha puesto tu maldición e incapacidad de recibir olores.
