Capítulo 7: Ojos puros

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-¿Qué hace en mi casa?- preguntaba Prem molesto.

-Algo de suma importancia- decía Boun que tenía ante él a su amor del pasado, Team, que no lo recordaba.

-Fluke se fue hoy a trabajar... malamente, si lo busca a él, vaya a su oficina a trabajar- abriendo la puerta de su casa.

-¿Y tú no trabajas?- entrando a la casa sin permiso.

-Trabajo desde casa... ¿A qué vino?- cruzando sus brazos.

-A verte a ti... omega- tomándolo de la cintura para besarlo, sintiendo un golpe en su abdomen.

-No soy tu omega... ¡ahora largo!





-¿Lo encontraste?

-Lo hice... pero no estaba en la oficina, el alfa puro supo que estaba mintiendo... eso no es bueno, si quiero obtener todo ese poder... debo seguir con el plan de que ese alfa marque a alguien más en lugar de a su destinado.

-Debes hacerlo antes de la Luna azul o ese mismo día... debemos tener a los puros bajo nuestro poder, tu obtienes al omega y yo al alfa.

-Lo sé...

-El pasado debe repetirse para nuestro beneficio... el alfa matando a su omega.

-Los matará estar separados y el poder de cada uno de ellos será de nosotros, los originales miembros del consejo- riendo.






Llegando a la oficina, Fluke toma una gran bocanada de aire, pues no quería ni saber todo lo que había pasado en la compañía sin él trabajando ahí, cuando entra ve a la recepcionista que lo ve con una mirada de anhelo, como si estuviera pidiendo gracias.

-Mas vale que corras... porque el príncipe ya ha roto dos contratos de suma importancia.

-¡Que!- cerrando los ojos- ¡No puede ser!- picando los botones del elevador con insistencia.


Cuando la puerta se abre, ve a su jefe con una mirada de pocos amigos, si sus ojos fueran pistolas él ya estuviera dos metros bajo tierra o en el fondo del mar, de inmediato Ohm lo toma de la mano y lo jala hacia el interior del elevador, dejando a todos los que esperaban sorprendidos de la acción del jefe con su asistente, muchos empezaban a murmurar que el joven "mago" iba a ser despedido por haber faltado tantos días, o que el príncipe iba a torturarlo hasta la muerte o que le iba a cortar la cabeza; las apuestas no se dieron a esperar y mas aún cuando al llegar al piso y salir del elevador, el príncipe tenía tomado de la mano al mago que intentaba soltarse de su agarre pues empezaba a dolerle.

-¡Fluke regre...!- bajando la mirada ante el gruñido que su jefe le lanzó- ¡Lo siento!- saliendo corriendo del lugar.

-Me puede soltar... me está lastimando- siendo arrojado al sillón y acorralado por su jefe- ¿qué haces Thitiwat?- mirándolo a esos ojos que tanto le gustaban, pero que nunca iba a poder decirle.

-¿Tienes idea de todo lo que ha sucedido aquí sin ti?- diciendo molesto y con unas ganas inmensas de probar esos labios y no sabía el porqué.

El príncipe y el magoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora