Capítulo 13: Hechizo azul

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-¡Esto es demasiado!- decía el alfa Singto- ¡No puedes forzar una unión! Si la madre Luna ha decidido quien es el destinado de mi hermano... el hecho de que sea un omega puro no lo hace una mercancía que se entregará al mejor postor- decía molesto.

-¿Acaso tienen la osadía de desafiar a la madre Luna?- decía Krist.

-Hemos desafiado a la madre Luna en algunas ocasiones y no ha sucedido nada alfa Singto... no entiendo porque ahora tenga que ser de ese modo- decía el líder del consejo, cruzando sus brazos.

-Si la hay... los que la han desafiado no son puros... ni siquiera han permanecido juntos... se matan entre ellos... ¿crees que es una buena forma de unir a las personas?

-Mi hermano no es un objeto de trueque... si la madre Luna ha escogido a alguien para él y no es tu hijo... te sugiero respetes, porque de lo contrario...

-¡Me estás advirtiendo!- decía molesto.

-No, es una amenaza... no te metas con el destino... porque saldrás herido- decía Singto- Si alguien toca a mi hermano... se las verán conmigo y con toda mi manada, les recuerdo que aquí son invitados- saliendo del lugar con Krist molesto.







Caminando hacia la casa principal de su manada, lo único que quería es que Ohm reclamara pronto a su hermano, pues de esa forma estaría protegido, pero también deseaba que ese líder idiota estuviera dos metros bajo tierra y con la garganta destrozada por sus garras.

-No fue muy inteligente lo que hiciste, cielo- decía Krist, entregándole un vaso con agua.

-Me importa un ca....- aclarando su garganta- Lo siento... pero si el líder y el consejo están con ese plan... madre Luna los va a castigar.

-¿Eso es lo que te preocupa?- cruzando de brazos- ¿Lo estimas?

-Me preocupa que madre Luna se vuelva contra todos y nosotros también seamos afectados... no quiero perderte.

-Y no lo harás... porque madre Luna sabe lo que sucede con todos sus hijos... y ten por seguro que ella intervendrá cuando sea necesario.

-¿Cómo estás tan seguro?- tomándolo de la cintura para besarlo- ¿Acaso eres un espía de madre Luna?- viendo como su pareja sólo levanta los hombros- ¿Krist?

-Todo a su tiempo cielo- acariciando su mejilla- Todo a su tiempo- sonriendo.













Entrando a una hermosa habitación llena de velas y flores blancas, Fluke estaba encantado con ello, pues pocas personas sabían su fascinación por el color blanco, pero mas por las hermosas flores que le daban un toque romántico al lugar, viéndose al espejo podía notar que su cabello lentamente cambiaba a un color blanco junto con sus ojos que eran azules.

-Por favor madre Luna... no dejes que mi alfa sea engañado- decía viendo a la hermosa Luna en el cielo estrellado.


Cerrando los ojos, podía percibir el aroma hipnótico y adictivo de su alfa, por lo que de inmediato se da la vuelta siendo atacado en los labios, no dando la oportunidad de verlo; sentía el calor de las manos de su alfa recorrer su cuerpo, con un toque delicado y sensual que le hacían sentir sus piernas derretir por lo que se sujeta mas al cuerpo de ese alfa.

-¿Cómo es que sabes tan delicioso?- decía el alfa, que cubría su rostro con una máscara dorada.

-¿Acaso soy un pastel?- viéndolo a los ojos de un intenso color verde.

-Lo eres... el más delicioso de todos- volviendo a tomar sus labios para besarlo con pasión- ¿Sabes quien soy, cierto?

-Eres mi alfa... Ohm.



Lentamente lo lleva a la cama en donde lo coloca con suavidad, acaricia su cuerpo sin dejar de admirar lo hermoso que se ve con ese traje blanco, haciendo que su cabello brillara con la luz de la Luna y enmarcara sus hermosos ojos azules; desabotonando su camisa, puede ver un cuerpo delgado pero firme, suave y sensible, notando como tiembla ante su tacto, algo que le hace sostenerle una sonrisa.

-Parece que estoy cayendo en un hermoso hechizo azul.






Despojándolo de toda la ropa, dejándolo sólo con la interior, el alfa no cabe de orgullo de tener por fin a su hermoso omega después de tanto tiempo, quitándose su camisa negra, ve como el omega lo detiene.

-¿No quieres verme desnudo?- sonriendo, notando el rubor en las mejillas de su omega.

-Qui... quiero ser yo el que te quite la ropa... alfa- colocando las manos en los botones de la camisa negra.

-Adelante- volviendo a sonreír.







Con nerviosismo, el omega desabotona uno a uno los botones de la camisa negra de su alfa, dejando al descubierto en cuerpo firme, duro y trabajado, a diferencia del suyo que era pequeño y delgado; colocándose de rodillas, poco a poco va bajando los pantalones del alfa, teniendo frente a él, el bulto excitado, sin poder evitar pensar en como sabría, por lo que no dudó en relamarse los labios.

-Pequeño, si vuelves hacer eso con tus labios, creeeme que te voy a morder incluso antes de hacerte el amor.

-Lo... lo siento yo no...- sintiendo el dedo de su alfa en los labios.

-Quiero que disfrutes Fluke... tanto como yo lo estoy haciendo... me fascina como eres, sumiso y apasionado, fuerte y mandón... eres una delicia.






Acariciando su cuerpo sobre la cama, el omega se dejaba llevar por las deliciosas sensaciones que su alfa le estaba provocando, si sentía su cuerpo arder de pasión no se imaginaba como se sentiría al tenerlo dentro de él, le preocupaba no estar a su altura por lo que en ocasiones de petrificaba; algo que el alfa notó con frecuencia. Besando cada parte de su cuerpo, podía ver lo receptivo que era su omega, definitivamente estaba hecho para él, tal y como lo fue en el pasado; tomando su miembro en la boca, el omega se sorprende del enorme placer que la lengua del alfa le estaba provocando, al punto de casi llegar al máximo.

-Por favor... detente... no...- sintiendo que llegaba al clímax.

-Verte llegar y saborearte es uno de los mejores placeres, mi amado omega- diciéndole al oído.






Con cuidado, el alfa introduce sus dedos para preparar a su omega, ansiaba tanto hacerlo suyo, reclamarlo y decirle al mundo que le pertenecía en cuerpo y alma, que eran uno de nuevo y que esta vez nada iba a separarlos. La intromisión de los dedos del alfa fue algo inesperado que lo dejó sin aliento, mas cuando tocaba ese dulce punto que lo volvía loco, estando a punto de llegar de nuevo, siente como el alfa se introduce en él provocando este arqueara la espalda y girara su cuello en señal de sumisión; algo que el alfa puro esperaba con deseo y anhelo.

-Serás mío para siempre- mordiéndolo y sintiendo una electricidad por todo su cuerpo.

-Soy tuyo alfa- llegando también al clímax.


















Al despertar, la omega se encuentra sola en su habitación, sintiendo su cuerpo doler sonreía orgullosa por haber logrado el objetivo de seducir al alfa puro y que este lograra morderla, reclamándola como su pareja, su venganza estaba empezando por buen camino.

-Ahora nada podrá alejarte de mi... alfa Ohm... el idiota del omega puro será historia muy pronto- escuchando el sonido de la regadera, al entrar descubre con sorpresa que no era el alfa que esperaba- ¿Tú?- diciendo molesta.

-¿Esperabas a alguien mas?

-¡No, no no, no!

El príncipe y el magoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora