Capítulo 4: Ligero

240 51 4
                                    

-¿Qué piensas hacer, que?- gritaba Krist molesto.

-Quiero que Fluke regrese... ya estuvo bien de que esté lejos de la manada y...

-Singto- decía molesto- Fluke no es un niño... en lugar de acercarte a él, lo único que haces es alejarlo cada vez más de ti... ¿Acaso quieres que te odie?

-Soy su hermano... debo cuidarlo y...

-Tú lo has dicho, cuidarlo... no asfixiarlo- acariciando sus cabellos- Entiendo tu preocupación, pero no servirá de nada que lo obligues a regresar a un lugar en el que nunca ha sido aceptado y sabemos por culpa de quien- escuchando a su pareja suspirar.

-El antiguo consejo es una mierda- decía Singto- Y mientras el consejo sea tan cerrado... creo que Fluke no debe volver ¿verdad?

-El consejo es quien más daño le ha hecho... mantenerlo aquí no es sano para él... mi leoncito- dándole un beso de esquimal.

-No lo voy a presionar... pero tiene que regresar para el día de la Luna zul ... es su cumpleaños.

-Iremos a verlo... se lo dirás y si él no quiere no lo vas a obligar ¿entendido?

-Y si lo hago- tomando a su pareja de la cintura.

-Te duermes afuera... así de simple.

-Gracias... también te amo... omega mandón- riendo.

-Lo sé- sonriendo.






Ese fin de semana Ohm seguía inquieto, su asistente no se había comunicado con él desde que irrumpió en su casa y cada vez que llamaba contestaba ese amigo omega suyo, si en verdad estaba tan enfermo porque no lo llevaba al hospital; cuando llegó a su oficina pudo ver que él aun no llegaba y eso fue la gota que rebasó el vaso, por lo que, así como llegó se fue a su auto y se dirigió a la casa de su asistente.

-¡Maldita sea Natouch... tú no puedes enfermarte!- golpeando el volante.







-¿Ya te sientes mejor?- decía Prem que le colocaba una toalla fría en la cabeza- No pensé que de verdad fueras a enfermarte ¿será el karma?- escuchando a su amigo retorcerse de dolor- Nunca habías tenido tu celo...

-To... todos creen que soy un beta, porque los olores no me molestan y la voz de mando no la sigo... creo que por eso el jefe me ha conservado por tantos años.

-¿Por qué siento que lo dices como si no te sintieras parte de algo, Fluke?- decía Prem molesto.

-Porque según los humanos soy demasiado hermoso para serlo y para los lobos me comporto muy alfa para ser un simple beta- decía suspirando con dolor.

-Pero tú y yo sabemos la verdad... eres un omega sin olor, aunque....- decía Prem acercando su nariz a su amigo- Puedo percibir un ligero olor, pero todavía no lo distingo... pero eso no explica porqué estas teniendo tu celo ahora.

-No creo que sea mi celo Prem-sintiendo escalofríos y mirando por la ventana.

-Créeme Fluke, reconozco un celo cuando lo veo y esto amigo mío- señalando su cuerpo- Es tu celo... deberás necesitar a alguien que te ayude.

El príncipe y el magoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora