Seis

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Aquella noche no pude dormir por lo que cuando sonó la alarma a las seis de la mañana yo seguía despierta. Enseguida entre al baño a ducharme, estaba aturdida al ver aquel sujeto tantas veces en las fotos, tenía la leve impresión de que eso andaba mal pero no sabía cómo decírselo a Joe sin que sonase paranoico, además de que estábamos peleados.

Cepille mis dientes, acto seguido me dispuse a ponerme la ropa. Me sentía cansada pero no podía dormir, recordaba la mirada del sujeto cuando me vio en el minimarket y justo hoy tenía turno hasta el cierre, es decir diez de la noche. Solo rogaba por no topármelo o que fuese a comprar.

Cuando baje a tomar desayuno Joe no estaba, y lo corrobore al no ver su auto. Saque solo una manzana para dirigirme al instituto.

"Cómo va todo... Supongo que ya estas despierta porque entramos en treinta minutos a clases y necesito que copies todo la materia de mate c:" Cas 7.30 am

"De hecho ya llegue al instituto, no sé cómo llegas a esta hora no hay ningún alma y claro que copiare todo" Enviado a Cas 7.32 am.

"Es la mejor hora para fumar un cigarrillo sin que nadie se dé cuenta jiji" Cas 7.32am.

"Tiene sentido jaja" Enviado a Cas 7.33 am.

"Te dejo, dormiré un momento porque tenemos que irnos de compra con mi madre y ya sabes lo que significa, que será todoooo el día!... Nos vemos el viernes, te quiero" Cas 7.34 am.

"Vale, también te quiero!" Enviado a Cas 7.34 am.

La verdad es que no sabía lo que era ir de compras con mi madre todo el día y me hubiese gustado al menos haberlo experimentado,  pero sabía que aquello era imposible.

Me dirigí a la máquina de café del casino, como era de esperarse no había nadie pero aquello cambiaría al primer receso porque esa máquina siempre se encontraba llena.

-          Auch!–Me queje al quemarme. Golpee la maquina levemente malhumorada.

-          Qué culpa tiene la maquina?–Me di vuelta rápidamente al reconocer la voz de Alex.– Luces cansada–Me inspecciono rápidamente y yo fruncí mis labios sin saber si hablarle acerca de lo que me pasaba.

Deseche la idea por completo, era mi ayudante no tenía por qué interesarle mis rollos.

-          Yo... Cómo estas, Alex?–Le mire atenta a sus ojos verdes y él sonrió.

-          Creo que mejor que tú–Frunció el ceño.–Ten, nada que un buen chocolate caliente no arregle–Contesto entregándome un de los vasos de Starbucks que llevaba en la mano.

-          Era para mí, de verdad?–Le mire incrédula.–Cómo sabias que me gusta o que podrías entregármelo?

-          Digamos que me gusta pensar que soy suertudo–Contesto arrogante.

-          Teniendo en cuenta que estas en Irlanda... Debes seguir muy al pie de la letra el tema de las supersticiones– Sonreí mientras me entregaba el vaso–Eso es muy noble de tu parte, gracias Alex–Sonreí abrazándole como hacía de costumbre con las personas.

Personas conocidas, no Alex. Note como su cuerpo se tensó y el mío también lo hizo, cuando note mi gravísimo error me intente apartar pero el paso su brazo libre por mi cintura para atraerme unos segundos más a su cuerpo.

Mi corazón parecía querer salir corriendo con aquel contacto de nuestro cuerpo, Alex se apartó al segundo sonriendo, provocando que sus hoyuelos aparecieran.

Proyecto IrlandaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora