Proyecto Irlanda

Catorce.

Mis manos no dejaban de temblar ante todo lo que se suponía que debía ser verdad pero no sabía si estaba segura de ello.

Subí el cierre de mi vestido aun con mis manos temblando para luego ponerme unas botas negras, me acerque al espejo para arreglarme mi cabello, el maquillaje estaba algo corrido por lo que lleve mi mano arreglando el delineando mis ojos de mejor forma. Mirándome en el espejo note como pequeñas marcas rojas aparecían en mi antebrazo, mi ojo izquierdo se tornó completamente negro mientras que el derecho seguía en su color natural, una sonrisa macabra salió de mis labios sin querer hacerlo y mordí mi labio ante eso.

Instintivamente mi cuerpo me llevo al libro negro para comenzar a leer aquellas palabras que eran más que símbolos, era la verdad.

Narra Joe.

Me negué a utilizar magia negra por lo que recurrí a un antiguo conjuro blanco donde podía hacerme pasar en cubierto como si yo fuese un ente oscuro. Alex me miro algo fastidiado para luego halagar el último hechizo en donde él claramente no lo necesito porque ya era uno.

- Por qué no entraste? Tu nunca tuviste problemas con hacerlo, no?–Alex se encogió de hombros.

- No conozco esta casona y tú al parecer si–Respondió.

- Que te hace pensar que conozco este lugar–Dude hasta que vi un gran árbol, era una araucaria por lo que debía tener cerca de 3.000 años y comencé a recordar rápidamente.

Aquel lugar era donde nos reuníamos con la familia cuando éramos pequeño, en mis recuerdos estaba jugando con Leah mientras escalábamos esa araucaria. Recordaba también la mirada de mi abuela mirándonos con cariño, vigilando que nada nos sucediera pero luego la imagen se tiño en blanco y negro al ver como Leah parecía haberle cortado la mano a alguien, eso realmente había ocurrido.

- Joder–Me queje algo mareado.–Cómo sabias que recordarías esto?

- Porque tu familia es experta en el hechizo de olvidar–Contesto neutro mientras nos adentrábamos a lo que parecía ser la casona.

Una de las luces del segundo piso permanecía encendida por lo que Alex se ofreció para escalar brevemente entre un árbol y la casa. Puta habilidad que tenía para hacer parecer todo tan sencillo.

Narra Leah

Mis ojos no dejaban de moverse de derecha a izquierda para luego deslizar entre mis dedos otra hoja más, aquel libro mostraba todas las fórmulas para hacer algún tipo de conjuro con la finalidad de dañar a las personas.

La ventana se abrió por completo dejando entrar a la lluvia me levante algo aturdida para cerrarla, no sin antes dejar aquel libro encima de la cama, al tomar la perilla una fría mano se coló por mi muñeca adentrándose a mí habitación.

Su silueta erguida podía reconocerla en cualquier parte, sacudió su cabello húmedo para luego mirarme con sus penetrantes ojos verdes los cuales ahora me miraban preocupados.

- Alex...–Murmure.

Sus brazos se colaron por mi cuerpo haciéndolo parecer pequeño, me apretó brevemente haciendo latir de forma más lenta mi corazón el cual hasta antes de que él llegase parecía que me daría un infarto.

- Debemos irnos–Ordeno apartándose brevemente de mí.

- No–Le mire incrédula alejándome completamente.– Qué haces aquí, cómo sabías que estaba acá?

Un quejido me hizo mirar nuevamente la ventana, el cuerpo de mi hermano estaba encorvado intentando subir y adentrarse a la habitación, cuando por fin lo hizo sacudió su ropa para luego discutir con Alex.