Capítulo 5

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Después de hacer ese pacto, los dos chicos empezaron a planear ciertas cosas que podían hacer para que la joven Tendo se enamorara de Ryoga.

—No eres muy cercano a ella. Por lo que estaríamos empezando desde cero. —dijo Ranma quien tenía una libreta entre sus manos para anotar todo lo que empezaría a surgir en esa improvisada lluvia de ideas.

—Es que soy tímido. —Ryoga trató de defenderse de alguna manera.

—Claro… —respondió con fastidio. —Como sea  eso debe cambiar. Akane no se interesará en ti si solo escucha balbuceos estúpidos de tu parte.

—No seas idiota. —reclamó Hibiki. —¿Qué se supone qué harás tú? A parte de joder.

Ranma vio la sonrisa maliciosa del otro chico. Podía ser molesto cuando se lo proponía.

—¡Cállate! No hables si no sabes.

—Hasta ahora no has dicho algo coherente. Tengo mis motivos para pensar así.

Ranma se abalanzó contra él de forma salvaje tirándolo contra la cama, se hartó.

Muy bien, le daría razones para que crea algo como eso. Aunque era obvio la burla detrás de todas esas palabras.

Los planes quedaron para más después, en ese momento solo eran ellos dos peleando entre sí. Tratando de golpearse aunque no con una intención realmente mala, pero era divertido.

Tenían tiempo para organizarse, por ahora estarían tranquilos.

Lo que inició como una pequeña pelea terminó en una estúpida guerra de cosquillas sin sentido.

Escuchar la risa ajena era agradable.

Terminaron recostados en la cama en silencio mientras los minutos pasaban.

Era raro, porque Ryoga nunca apoyaría su cabeza en el torso del que en algún momento de su adolescencia era su enemigo jurado. Y Ranma tampoco permitiría algo como eso, ni siquiera tendría los brazos alrededor del cuerpo del contrario.

Pero era algo que estaban haciendo y se sentían cómodos con ello.

Como si fuera su momento.

Como siempre y en todas las situaciones que vivimos en nuestro día a día, todo lo que inicia tiene un fin en algún momento. Incluso si no es lo que deseamos.

Ryoga se movió de donde se encontraba y notó como Ranma tenía los ojos cerrados, sus labios también estaban entreabiertos y un poco resecos, lo cual le hizo recordar todo la desgracia que pasó el último par de días.

No lo diría en voz alta, pero algo que siempre admiro de Ranma era su fuerza. Que sucediera algo así solo le daba más motivos para darse cuenta del valor que tenía.

—Creo que es momento de que vuelvas a tu casa. —dijo en un tono bajo, casi adormilado. ¿Cuánto tiempo llevan acostados así?

—¿Tan pronto? —preguntó Ranma abriendo por fin los párpados, pero manteniéndose en la misma posición.

—Después de lo que te sucedió, no deberías tomarte las cosas tan a la ligera.

Era cierto, si quería seguir con el plan debía evitar tener problemas con su padre y tratar de arreglar un poco la relación de amistad que tenía con Akane para así poder ser una ayuda.

—Bueno, entonces me iré. —dijo —Voy a hablar con Akane de ti.

—¿Así de repente?

—Sí, le diré que deseas ser más cercano a ella. —Ranma ya se encontraba de pie —Podemos iniciar con pequeñas salidas entre ustedes dos para que se conozcan.

Vorágine - Ranma y RyogaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora