Capítulo 15

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Ranma jamás creyó llegar a sentirse tan cansado. Incluso si entrenaba hasta que sus músculos gritaran por un descanso él podía continuar sin tanto problema. Ahora cada que tocaba la cama caía profundamente dormido.

Cada día, Saotome fingía que estaba con todas las ganas de iniciar esta nueva etapa de matrimonio. Su padre no retiraba su mirada en ningún momento de su persona así que era obvio que estaba controlando cada uno de sus movimientos.

El tiempo volaba y en menos de dos meses estaría casado.

Según él, cada noche iba a recostarse temprano, pero aprovechaba esas horas libres para huir a casa de Ryoga y ayudarlo con los preparativos de su pronta y realmente esperada huida.

Ryoga notaba ese cansancio en el otro chico y sentía un poco de pena por él. Tanto Ranma como él eran personas demasiado jóvenes como para andar en este tipo de dilemas familiares, bodas arregladas y huidas, pero era lo que les tocaba. En parte creía que él era capaz de soportar todo esto porque debido a su mala orientación tuvo que aprender a luchar por su propia supervivencia.

Incluso tener que salir de casa era un problema porque temía perderse y luego no saber cómo regresar. Claro que estaba tratando de mejorar ese aspecto de su vida, aunque fuera imposible, y buscaría todos los métodos para no tener más problemas de los que ya tenían.

Veía a Saotome sentado un poco chueco en el sillón de su sala donde estuvieron conversando hace poco, estaba durmiendo de a poco y se tambaleaba ya que no estaba apoyado en un lugar firme.

Era como un niño pequeño que luchaba con todas sus fuerzas para no ceder ante el cansancio.

Ryoga era fuerte así que haciendo un gran esfuerzo para no despertar a Ranma lo llevó a dormir en el cuarto y le recordó al vez que sucedió lo mismo, pero cuando él estaba en su forma femenina y el chico estaba desarrollando pequeños sentimientos por aquel que juro sería su enemigo y rival en el amor para toda la vida.

Siempre suceden giros inesperados.

Mañana temprano se encargaría de despertarlo para que regresé a la casa de los Tendo con tiempo y se evite problemas con su padre. Temía que ese hombre loco vaya a lastimarlo de nuevo, pero ahora de una forma mucho más violenta y brutal. No podía poner en palabras toda la ira y rencor que le tenía a ese hombre.

Fingía ser tan bueno con todos, pero era un pésimo padre.

No importaba ya, una vez lejos de todos, Ranma sería feliz.

...

—No puedo creer que hayamos avanzado tanto. —dijo Akane, un día en el que los dos chicos se encontraban "ayudando" en las decoraciones de las invitaciones.

—Umm, si. No tenemos tiempo de todas maneras. —respondió Ranma indiferente mientras jugaba con ciertas hojas que estaban en la mesa. Le aburría tener que hacer algo para un matrimonio que no se iba a dar.

—Lo sé, aunque es muy emocionante. —dijo Akane mientras recogía su cabello detrás de su oreja. Ahora lo tenía más largo y le llegaba debajo de los hombros. —El último mes tendremos que practicar mucho sobre los bailes y las ceremonias para evitar errores.

—Si, supongo...

No quería hablar así que se despidió con una excusa barata y se retiró a su habitación para dormir, pero su padre estaba detrás de él

—Ranma, necesito hablar contigo.

El chico respiró pausado y lo miró.

—¿Qué sucede?

—Acabo de ver lo que hiciste con Akane. —dijo sonriente. —No deberías dejarla hablando sola, es de mala educación.

Así que ahora deseas fingir que eres un buen padre. —pensó Ranma con enojo, pero decidió contestar con astucia. —Estoy un poco cansado, padre. Solo quería dormir un poco.

Vorágine - Ranma y RyogaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora