Capítulo 11

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Despertar es una tarea complicada después de tomar como si no hubiera un mañana.

Ranma agradecía no amanecer con resaca, pero la situación siguiente podría llegar a ser igual que un malestar después de una borrachera.

Estaba solo en el sillón, lo último que recuerda fue caer dormido junto a Ryoga después de que…

Ranma se sentó de golpe.

No puede ser. —pensó mientras gritaba internamente.

Tenía que ser una buena señal ¿verdad?

Ryoga no estaba a su lado, lo que significaba que ya estaba despierto y rondando por alguna parte de la casa.

Y justo en ese instante, el chico apareció en la sala. Tenía el cabello mojado y usaba ropa bastante ancha.

—Ah.. ya despertaste. —murmuró Ryoga tenso. —Todavía tengo ciertas cosas tuyas arriba, puedes ir a asearse si deseas. —dijo casi ignorándolo.

—Claro, gracias. —dijo Ranma yendo al piso superior.

Era obvio que algo así sucedería. No tenía que ilusionarse.

Ryoga le había dejado cierta parte de su ropa separada, eran prendas que olvidó cuando tenía sus visitas constantes a la casa del chico.

De todas maneras decidió apresurarse y cuando estuvo listo bajó de nuevo a la sala, preparándose mentalmente para lo que suceda a partir de ahora.

—¿Te encuentras bien? —escuchó la voz de su… ¿amigo? Ya no sabía cual era su relación en este momento.

—Si, no suelo sufrir de tantos síntomas después de una borrachera.

—Qué envidia. —comentó Ryoga con una sonrisa tensa. —Yo tengo una molestia en mí cabeza.

Se quedaron en silencio, nadie decía nada y el ambiente era demasiado incómodo para soportarlo.

—Debemos hablar de lo que pasó ayer. —dijo Hibiki.

—Deberíamos.

—No sé qué decir si soy sincero. Esto es extraño.

—Mejor respóndeme algo. —dijo Ranma. —¿Por qué me besaste?

—Fue un impulso. No estaba consciente de lo que hacía. —Sé explicó aunque le era molesto tener que expresar sus sentimientos.

—Un impulso… —susurró el otro chico. Lo suponía. Era un iluso así que prefirió hacer una broma. —Eres todo un cerdo, te dejas llevar por tus instintos P-Chan.

—¡Serás idiota! —exclamó resentido, pero lo dejo pasar. —No quiero que haya una confusión por todo esto. —Siguió Hibiki con su discurso inicial sin notar las expresiones del contrario. —No siento nada por ti y espero que esa situación genere problemas futuros.

No habrá problemas porque no hay un futuro que crear.

—Claro, no te preocupes por esto. —Sonrió buscando tranquilizarlo aunque lo que menos sentía en ese momento era paz.

Era como si le hubieran cortado el aire y le arrancarán el corazón del pecho de un tirón.

Ranma decidió irse en ese mismo instante. No podía aguantar estar en ese lugar ni un segundo más solo que la pregunta siguiente interrumpió su plan.

—Aun así… ¿Nos vamos a seguir viendo, verdad?

—No. Es mejor que mantengamos la misma distancia. —dijo con dificultad. Le dolía, pero era lo mejor.

—¿Por qué? Si es por lo del beso, no debemos darle importancia. —justificó rápido. —So-Solo quiero seguir siendo tu amigo, pero actúas raro con todo el mundo y prefieres alejarte.

Tal vez era momento de ser sincero.

—Si, es por los besos de ayer. —dijo controlando el tono de su voz para no gritar. —No es justo para mi estar cerca tuyo porque yo…

No pensó llegar a esta situación, pero era lo que tocaba. Era lo que tenía que hacer para acabar con todo de una vez.

—Yo estoy enamorado de ti.

—¿Cómo dijiste? —dijo Ryoga con la clara sorpresa en su rostro. —No puedes estar enamorado, es… solo… ¿Qué te tiene que gustar de mi?

—¡No me preguntes algo como eso! —exclamó frustrado y con el llanto formándose en su interior. —¡No sé cómo responder!

Caminó directo hacia la puerta para ponerse sus zapatos, siendo seguido por el otro chico y dijo:

—Lo mejor es que a partir de hoy nos seremos por completo. No quiero estar cerca de ti e ignorar lo que siento como si no importara porque me es imposible.

Se terminó de arreglar. Era momento de partir.

—Lamento haberte metido en este plan idiota pra romper mi compromiso con Akane. Era obvio que no funcionaria y me dejé llevar por mi egoísmo. —Aunque sea, diría las cosas de manera honesta por última vez. —Eres alguien increíble, estoy seguro de que conocerás a una persona que te quiera tanto.

Abrió la puerta.

—Adiós Ryoga.

Se había acabado.

A veces el clima parece ser un gran compañero. Suele comportarse de forma extraña ayudando a que expreses tus sentimientos.

Es como si la vida decidiera hacerte protagonista por un pequeño instante.

Así se sentía Ranma justo ahora. Después de salir de la casa de Ryoga empezó a llover. No era fuerte, pero tampoco tan leve como para pasar desapercibido.

Inevitablemente se transformó a su versión femenina. Estaba desanimada y con el corazón roto. En otra situación buscaría esconderse para evitar mojarse más, pero no era algo que le interesará en estos momentos.

Llorar era una mejor opción. Las lágrimas fluían sin control, pero no era capaz de sentirlas por las gotas de lluvia que caían en su rostro.

Lo peor de todo es que debía volver al dojo, pero no tenía ganas de hacerlo ya que debía fingir que todo está bien, cuando la realidad era completamente diferente.

De cierta manera, estar bajo la lluvia caminando le recordaba el día en el que empezó todo. El día en el que empezó a conocer mucho más al otro chico hasta el punto de que prefería pasar tiempo a su lado por la diversión que tenían juntos.

Con la lluvia inició y con la lluvia terminó.

FIN






























MENTIRA JAJAJAJA
Todavía hay más capítulos, pero espero que les haya gustado este nuevo. Perdón la demora, pero el bloqueo estúpido no me deja avanzar como debe.

Vorágine - Ranma y RyogaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora